La entrega: un gran envío
Dennis Lehane es uno de los mejores escritores de suspenso que nos ha dado la literatura en los últimos años.
"Río Místico", "Desapareció una Noche", "La Isla Siniestra" son todas películas basadas en sus novelas. En 2009 escribió un cuento titulado "Animal Rescue" para la colección Boston Noir (el autor es oriundo de esa ciudad y la mayoría de sus libros la tienen como escenario) y ahora la adaptó a la pantalla grande con el nombre "la entrega". A su vez, el guión fue adaptado en la novela homónima que se publicó este año.
Es la primera vez que trabaja como guionista para una película, aunque tiene experiencia en series de televisión como la excelente "The Wire" y "Boardwalk Empire - El Imperio del Crimen",
De la cabeza de este hombre salió una historia genial que, gracias a Dios, alguna mente brillante tomó la decisión de convertirla en largometraje para terminar el 2014 con una de las mejores películas del año: La Entrega (The Drop, 2014).
Bob Saginowski (Tom Hardy) es un hombre callado, taciturno, algo retardado, que no se mete con nadie. Pero Bob está rodeado del mundo criminal, ya que trabaja como atendiendo el bar de su primo Marv (James Gandolfini) en Brooklyn, y en esa ciudad los bares son utilizados ocasionalmente como punto de entrega una noche para recaudar todo el dinero de las actividades de la mafia chechena para después lavarlo. La vida de Bob es rutinaria y sin sorpresas hasta que dos hechos sacuden su existencia: un robo al local, que hace que la policía ponga su foco en el establecimiento. Y encontrar un pequeño perro pitbull en un tacho de basura de la casa de una mujer llamada Nadia (Noomi Rapace), con quien establecerá una relación. Ambos sucesos no son fortuitos y pronto desencadenarán una serie de eventos que cambiará su tranquila vida.
La Entrega se llevó el Premio del Jurado en la última edición del Festival de San Sebastián, un enorme reconocimiento para una película tensa, atrapante, que capta la atención del espectador desde el primer momento y no lo suelta ni le da respiro.
Mucho tiene que ver con todo esto el trabajo del director Michaël R. Roskam, que con su ópera prima Bullhead (Rundskop, 2011) había dado sobradas muestras de su habilidad como realizador. Como buen europeo, decide llevarnos y contarnos al detalle los conflictos de la vida de cada personaje -presentes o pasados-, no importa el tiempo que le tome.
Tom Hardy explota al máximo su personaje, al igual que James Gandolfini (en su último film). Ambos se roban prácticamente la película, sobre todo con sus diálogos. No hay que dejar de destacar a Rapace y Matthias Schoenaerts, que personifica a un criminal buscado por la ley, ex novio de Nadia, que intenta hacerle la vida imposible a Bob. Clave también es la fotografía: oscura, fría, sucia, irrespirable.
Da la sensación que el largometraje fuera lento y falto de dinámica, pero la elección de su ritmo tiene sus frutos con el final, que le va a dejar la boca abierta a más de uno. Una curiosidad es que esta historia tan "yanqui", por calificarla de alguna manera, tiene en sus principales hacedores sólo a un norteamericano, Gandolfini. Hay dos belgas, Roskam y Schoenaerts; una sueca, Rapace; y un inglés, Hardy. Globalización que le dicen.
Con muy bajo perfil este largometraje se mete en la cartelera sin demasiado estruendo, ni bombos, ni platillos, y nos entrega una historia por demás interesante. Agradecemos el envío.