De todas las sagas de películas animadas hechas en Hollywood aparentemente “La era del hielo” es la que más ha crecido en términos de recaudación, razón por la cual no hay por que pensar que dejaran de hacerlas. Es curioso como se las arreglan los guionistas para ir desgastando y agotando todo como si quisieran sacarle más jugo a lo que ya es una cáscara sin siquiera un poco de pulpa. Pasó con Shrek y sucederá con el resto también, aunque en el caso de “La era del hielo” podríamos decir que actúan son mayor viveza. Agregan personajes, sí, pero nunca se apartan de la constante principal que es el viaje.
Manny, Diego, Sid y compañía siempre viajan huyendo de los terremotos y de la naturaleza en general. El gran monstruo que finalmente terminó por exterminarlos. Pueden agregar más o menos personajes, e incluso hacerlos desaparecer sin explicación. El hombre, por caso, dejó de participar en la saga después de la primera. En este trasladarse es donde va naciendo la aventura. Esta vez las placas teutónicas hacen que un pedazo de hielo que se desprende del continente deje a los tres amigos, junto a la abuela de Sid, flotando con rumbo incierto, mientras la hija de Manny y su mamá Eli quedan para tratar de llegar a un punto X, salvarse, y de paso servir a la sub trama.
Dijimos que son cuatro a la deriva, la mitad de los “8 a la deriva” (1944), de Hitchcock. Si tan sólo el guión de esta cuarta parte fuese también la mitad de ingenioso no veríamos un hielo (léase barco) pirata comandado por el Capitán Tripa, un simio igual al Jack Sparrow de Johnny Depp, pero menos amanerado y mucho menos gracioso. A partir de aquí pasa todo lo que pasa en una de piratas, y cada uno tendrá su lección.
Como siempre el eje está puesto en la familia y en la comunidad, donde todos cuidan de todos. Decía más arriba que son más vivos, porque vuelven a contar la misma historia una y otra vez. Claro que si un chico tenia 7 años cuando se estrenó la primera en 2002, hoy acusaría 17 abriles de manera tal que no irá al cine a ver esta producción..
Acá es donde entra en juego el axioma el público se renueva.
En definitiva. Esta realización cumple con repetir el esqueleto narrativo de las anteriores. Para los chicos funciona bien y, en suma, es lo que importa a la hora de usar la billetera.
Syd sigue siendo el ingenuo del trío y el generador de casi todos los momentos de humor. La otra parte la aporta la insistente ardilla que una vez más esta persiguiendo la bellota por todos lados, ocasionando todos los desastres ecológicos de la historia. Lejos lo mejor del film.
Para los grandes, saber que Estados Unidos está como está, y que en una escena se hable de llegar a una tierra mejor y mas libre; mientras se muestra una ardillita tallada imitando la estatua de la libertad, quizás sea demasiado.
Para todo el público la proyección está precedida por un corto de “Los Simpsons” con Maggie como protagonista. Bastante flojito para lo que estamos acostumbrados a ver en la serie televisiva de Matt Groening. Ni eso funciona.