El corto promocional que sirvió de avance de este filme (y que forma parte de la película) con Scrat de protagonista nuevamente, en busca de la nunca bien ponderada bellota, era un pequeño cuentito, no solamente atractivo sino divertidísimo, a pesar de repetir las mismas herramientas de siempre: la primitiva ardillita corriendo incansablemente tras su negado fruto seco hasta que todo se desencadena en algo mucho peor que no obtenerlo.
La era de hielo 4 nos trae nuevamente a este grupo de animales prehistóricos de renombrado éxito para ponerlos nuevamente en una situación migratoria, como sucediera desde la primera (definitivamente la mejor, por emotividad y por entretenimiento). Otra vez la manada debe moverse de un lugar a otro para evitar morir a causa de los movimientos de la naturaleza, pero esta vez los principales personajes (Diego, Sid y Manny) se encontrarán náufragos en medio del océano intentando volver a encontrarse con sus seres queridos. En medio de ese desafortunado panorama, se encontrarán con un barco pirata (con animales piratas, claro está) que complicarán aún más su vuelta a casa.
Con incursiones de nuevos personajes (la abuela de Sid, un elemento romántico para Diego, un villano malvado y sus tontos secuaces, un elemento romántico para Ellie, la hija del sobreprotector Manny) La era de hielo 4 intenta escaparle a la misma historia de siempre e innovar un poco, pero a diferencia de Madagascar, sus personajes son mucho más transparentes, más pequeños, menos interesantes y sus intervenciones siempre parecen ir hacia los mismos lugares. Ni hablar del incansable Scrat, nuevamente protagonista transversal de la historia, que no puede dejar de ser eso que es ni siquiera cuando consigue llegar a lo más alto que puede soñar.
En oposición a Madagascar 3, que incluye personajes humanos dentro de la historia (en una idea muy poco atractiva, siendo que los animales siempre habían tenido historias propias que no incluían a personas) en La era de hielo (con mucho sentido) sólo se agregan personajes animales, pero tan previsibles y lineales como los que ya conocíamos y que terminan por aportar muy poco a la historia final, que si bien tiene sus dosis de aventuras y de entretenimiento (con Sid y su abuela a la cabeza y la torpeza de Scrat), termina por resultar algo bastante desabrido.
La cuarta entrega de la saga de los animalitos primitivos repite demasiadas formulas y no agrega nada significativo a lo que fueron las otras tres. Si funciona es porque muchos chicos y grandes conocen y quieren a sus personajes, por lo que un lanzamiento más vuelve a ser promotor de nuevos muñequitos, figuritas y el merchandising que se les ocurra. Como filme, un pequeño sinsabor, sin ser una película que no se deje ver.