Un puñado de canciones
Hay una máxima que reza que las comedias musicales se elaboran por cuadros, y que la trama argumental pasa a un segundo plano. El problema con “La era del rock” es que abusa demasiado de esta suerte de licencia. Ambientada en los años 80, cuando reinaba el hair metal, la película acierta en la construcción de varios estereotipos rockeros de la época, pero falla cuando apoya los protagónicos en una parejita que quiere realizar sus sueños en Hollywood. El director Adam Shankman (el mismo de la exitosa “Hairspray”) apuesta por una estética de video clip y por cuadros musicales que descansan exclusivamente en las canciones, pero que no brillan en absoluto por la coreografía. Así y todo, en medio de un pastiche a veces chistoso y por momentos bizarro, la película se guarda varias perlitas. El rocker decadente y borracho que compone Tom Cruise bien podría valer el precio de la entrada (imperdible cuando canta “Wanted Dead Or Alive”, de Bon Jovi). Otros que brillan son Paul Giamatti (un manager corrupto) y Alec Baldwin (el dueño de un bar al borde de la quiebra). La última salvación, además, está en las canciones. Las versiones de “Pour Some Sugar On Me” o “Here I Go Again” hacen sospechar que tal vez sea mejor escuchar la banda sonora que mirar la película.