Rock of Ages ama el rock ‘n’ roll
¿Quién no ama el rock de los 80? ¿Quién no tiene uno de esos grandes éxitos del glam y hard rock en su lista de favoritos? Si en algo se caracteriza la época de los 80 es por habernos dado grandes himnos del rock, que les guste o no, series como Glee han revivido nuestra memoria musical.
Adam Shankman, quien supo trasladar maravillosamente a la pantalla grande el exitoso musical de Broadway, Hairspray, regresa con la misma fórmula. Rock of Ages (La Era del Rock) es la adaptación del musical (2009) que recorre de forma histriónica la época de los 80, con su música y su moda, y que desde un primer momento nos introduce al mundo del rock sin pedirnos permiso.
En 1987, Sherrie (Julianne Hough) una soñadora chica de Kansas llega a Hollywood para convertirse en cantante, y nacer como tal desde el escenario de The Bourbon Room, el club más famoso del Sunset Strip, en donde las mayores estrellas de rock han nacido, siendo el epicentro de esta historia. Paralelamente, La Era del Rock cuenta las historias de Dennis Dupree (Alec Baldwin) y Lonny (Russell Brand) los dueños del bar que atraviesan una dura situación económica, además de estar en plena lucha con la ultra religiosa Patricia Withmore (Catherine Zeta-Jones), esposa del gobernador Mike Withmore (Bryan Cranston), quien quiere cerrar el lugar.
Mientras tanto, Stacee Jaxx (Tom Cruise) promete presentarse en The Bourbon Room en un último show con su banda Arsenal, antes de lanzarse como solista. Dennis y Lonny esperan superar la crisis con el show de Stacee, pero el villano de la película, el manager del cantante, Paul Gill (Paul Giamatti) no deja títere sin cabeza y de todos se aprovecha.
Con una genial desfachatez, Rock of Ages se convierte en un uno de los placeres más culposo a medida que las canciones se suceden. Con mucha energía y diversión subida de tono, que casi roza lo grosero, suenan canciones que quizás nunca te gustaron, pero los mashups del playlist hacen que este musical sea muy fácil de disfrutar.
Melodías familiares para algunos, eternos himnos, clásicos del rock para otros forman parte del setlist de la película, como “Don’t Stop Believing” y “Anyway You Want It” de Journey, “Nothin’ But a Good Time” y “Every Rose Has its Thorn” de Poison, “I Want to Know What Love Is”, “Waiting for a Girl Like You” cortesía de Foreigner, “Paradise City” de los Guns ‘N’ Roses (con solo escribir estos títulos, emociona), “Wanted Dead or Alive” de Bon Jovi, “I Love Rock ‘N’ Roll” de Joan Jett, entre otras decenas de canciones.
La película está llena de actores dispuestos a comprometerse con sus roles y sus letras, salvo algunas excepciones, y tomarse la locura inherente del guión de una forma muy seria, que entretiene bastante al espectador mientras sigue el ritmo de las canciones moviendo los pies.
El lado más inocente de la película y sus clichés románticos de momento aburren. El error, quizás, sea la mala elección de los actores para los dos papeles principales: Diego Boneta y Julianne Hough (Footloose, Burlesque). Su historia ‘romántica’ es sosa y forzada, y la voz de Hough es atroz para las canciones que le toca interpretar. Por otro lado, aunque parezca irracional y raro, el dúo Baldwin-Brand funciona muy bien como tal, y hasta se puede decir que puede agradar sus actuaciones (sí, me refiero a Brand también).
Hablemos de lo importante. Hablemos del retrato de rockero en manos de Tom Cruise, porque a esto se reduce la película, de cierta forma. Hablemos de cómo puede ser que este actor, que muchas veces es puesto en discusión de si es buen actor o no, no se anime a más papeles cómicos. Stacee Jaxx es el calco exacto de la ridiculez de todo cantante de rock que se te pueda cruzar por la cabeza, desde Axl Rose hasta Steven Tyler. Cubierto de excesos y sudor, Tom Cruise pone lo mejor de sí, con una voz muy (¡muy!) entrenada para cantar una gran clásico como “Pour Some Sugar On Me” de Deff Leppards. Muchas veces inexpresivo y con pocas palabras para decir, Stacee se convierte en el personaje más divertido de observar. Junto a Less Grossman (Tropic Thunder), pueden poner a Stacee Jaxx entre las mejores interpretaciones del actor.
Como dice la canción, “We Built This City (on Rock ‘n’ Roll)”, Rock of Ages es construida con mucha admiración hacia el rock. Su trama principal es pobre, pero sus subtramas enriquecen la película opacando lo malo. Adam Shankman le rinde homenaje a los años 80 reviviendo el mejor espíritu de la época a través de su música, su moda, con mucho estilo de video clip, pero sin la necesidad de convetirlo en uno.
Muchos podrán quedar descontentos con la película en sí, argumentando que no es un fiel reflejo de la época o que faltan clásicos, pero lo cierto es que Shankman, lejos de superar a su mejor trabajo, Hairspray, tiene como objetivo trasladar un gran musical de Broadway a la pantalla grande, dejando muy de lado las tablas.