Nuevo exponente de un sub género al que podríamos llamar “Personas mayores buscando su vitalidad”, La esencia del amor tiene como mayor atractivo y acierto lograr una justa mezcla entre la comedia y lo sentimental, eludiendo con paso firme el golpe bajo; algo que muchos de sus pares no pudieron lograr.
El director Paul Andrew Williams tiene una carrera corta detrás de cámaras y en la escritura de guiones, pero así es de corta como ecléctica. Su título más conocido internacionalmente es la muy simpática comedia de terror The Cottage, con Andy Serkys en medio de una trama sobre un granjero asesino, una carnicería más cerca del cine de Edgar Wright y Tobe Hopper que a cualquier semejanza a historia cálida. Por eso, La esencia del amor resulta toda una sorpresa, grata sorpresa.
Este año tuvimos la posibilidad de ver la holandesa Las chicas de la banda y el debut cinematográfico de Dustin Hoffman con Rigoletto en apuros, ambas exponiendo la misma idea de trasfondo, la música como elemento para continuar vivo. La esencia del amor (horrible localismo para el original Song for Marion) vuelve sobre lo mismo para contarnos la historia de Marion (Vanesa Redgrave) y Arthur (Terence Stamp), un matrimonio jubilado, de regreso de todo, que intenta llevar una vida apacible en conjunto peleándole a una enfermedad de ella que la está consumiendo lentamente.
Marion encuentra su refugio en el grupo coral de un centro de jubilados, y ahí, cantando bajo las órdenes de Elizabeth (Gemma Arterton), encuentra las fuerzas para seguir dando batalla. Pero Arthur se autoconvence de lo contrario, peleado con la vida misma, cree que el esfuerzo que Marion hace para ir al coro es contraproducente para su salud, y se opone con toda la rabia.
Llega la oportunidad de un concurso de coros, los muchachos se anotan, Marion se esfuerza más que nunca, y Arthur empieza una suerte de catarsis consigo, con su matrimonio, y con los demás. Hay otra historia paralela entre Arthur y su hijo James (Christopher Eccleston) peleados por hechos del pasado.
La esencia del amor es ante todo una comedia dramática tradicional, son pocas las novedades que podemos encontrar en ella. Pero no las necesita en su búsqueda, la idea ya desde el guión del propio Williams es ser un film ameno, pensado quizás para un público similar al de sus protagonistas, y que antepone su mensaje de vida a toda búsqueda estética o artística.
Con el típico gusto inglés, hay apuntes agridulces y algo de ironía, interpretaciones sobresalientes del trío Redgrave-Stamp-Arterton, y Eccleston que lucha con un rol algo forzado y con poca participación pero de sólida labor personal.
Podemos escuchar entonar desde True Colors de Cindy Lauper a Let’s Talk About Sex de Salt N’Peppa, y ese sin dudas será un atractivo extra para esta comedia que no pretende sobresalir sino crear un clima agradable en el espectador y dar las mismas fuerzas de vida que el coro deja en nuestra aguerrida protagonista.