Contigo a la distancia
El choque de culturas entre Oriente y Occidente y los prejuicios de la Europa globalizada hacia los inmigrantes, que reniega de sus orígenes fronteras hacia afuera, eclosiona en este drama social teñido de historia de amistad y algo más entre una mujer proveniente de China y un marinero de origen eslavo a punto de jubilarse.
Tanto Shun Li (Tao Zhao) como Bepi (Rade Sherbedgia) comparten entre charlas su afición por la poesía y guardan cierta sensibilidad por la vida, que los separa del entorno, reacio y hostil ante el cruce de culturas y con una fuerte xenofobia detrás.
Ella, en su condición de inmigrante, adeuda a su amo chino una cantidad de dinero que debe ir pagando con trabajo en los lugares a los que es enviada, primero como empleada textil y luego detrás de la barra de un bar en la ciudad pesquera italiana de Chioggia, frecuentada por Bepi y su grupo de amigos, también pescadores como él.
La camaradería y caballerosidad de este veterano yugoslavo, un tanto parco con sus semejantes pero muy cortés con la empleada china, cimenta los pilares de una relación que comienza con amistad pero que con el correr del tiempo y la confianza mutua va solidificando un vínculo amoroso que funciona como válvula de escape para mitigar la soledad en el caso del anciano y para insertarse de a poco en una sociedad bastante dura en el caso de Shun Li, cuyo único objetivo es un reencuentro con su hijo residente en su pueblo natal y al que debería ver una vez saldada la deuda.
El registro cuasi documental que perdura durante todo el desarrollo de la trama, donde se respira la frescura del cine asiático en cuanto a los tiempos y la elección de los elementos minimalistas para contar la historia se mezcla con un cine de tipo social que se acomoda en el contexto de una Europa que atraviesa una enorme crisis de identidad y económica con sectores empobrecidos como es el caso de la ciudad donde transcurre este relato de amor.
El director Andrea Segre, conocido por sus trabajos documentales, en esta ocasión apuesta a la ficción para encontrar un puente narrativo capaz de transmitir desde la metáfora y la alegoría cinematográfica un mensaje elocuente y crítico desde el punto de vista sociológico, donde el fenómeno de la migración no se tiene tan presente y surge más como un conflicto coyuntural que como un fenómeno social en expansión que avanza hacia otras latitudes.
No obstante, por momentos La esperanza de una nueva vida parece abandonar la causa para concentrarse en la anécdota de esta particular amistad entre una joven asiática perdida y desamparada en la fría Venecia pero que finalmente puede ser rescatada de ese naufragio por el galante marinero.