La espía roja: Agradezcan a Judi Dench.
No se sabe qué tan necesario puede ser realizar una película de espionaje, donde lo único que sobresale es el nombre de Judi Dench en cartelera. Con esa premisa, llega la cuarta película del director Trevor Nunn.
Presentada en el Festival de San Sebastián, “La espía roja” mezcla la biopic, con el thriller político y demasiado romanticismo; lo que da como resultado un licuado retrato de la ideología comunista y la mujer. De origen británico, es una propuesta chata para semejante personaje verídico, como lo fue Melita Norwood, convertida aquí en Joan Stanley, la espía que se dedicó a pasarle datos secretos de los ingleses a los rusos, en contextos como la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría.
Joan Stanley (Judi Dench) es una anciana bibliotecaria que está siendo interrogada por su colaboración, cuando joven, con la KGB soviético, filtrando información confidencial británica. La historia es narrada a partir de flashbacks y flashforwards continuos para, al mismo tiempo, contar lo sucedido cuando Joan (Sophie Cookson) era una joven estudiante de física en Cambridge. En la Universidad conoce a Sonya (Tereza Srbova) y su primo Leo (Tom Hughes), dos militantes comunistas, que influirán en su manera de pensar y actuar.
Luego, siendo parte del equipo que investigaba para crear la primera bomba nuclear, contratada por Max Davis (Stephen Campbell Moore), se dedica a pasar datos sobre los proyectos de armas atómicas a los soviéticos.
El personaje principal, como se dijo, cuenta con 2 caras: Judi Dench en la actualidad y Sophie Cookson en el pasado. Sin duda, Dench, es el “gancho” de esta película, gracias a su prestigiosa carrera, aunque no sea quien más tiempo aparece en la cinta. La actriz con 7 nominaciones al Oscar, es por todos conocida por ser M en varias entregas de la saga James Bond. Es de destacar que su único Oscar es por una actuación de 7 minutos en “Shakespeare apasionado” (1999).
En “La espía roja” sólo tiene breves escenas, como justificando los 2 tiempos de la narración, mediante el interrogatorio. La cámara se centra en primeros planos de ella, casi siempre pensativa, como para dar pie a ir y volver en el tiempo.
Sophie Cookson tiene una participación extensa (se podría decir que es la verdadera protagonista) y aceptable, no llama la atención su actuación, al igual que la del resto del reparto.
Dirigida por Trevor Nunn, famoso director teatral, pero con sólo 4 películas en su carrera, a “La espía roja” le falta fuerza; toca el tema de espionaje tan superficialmente que no se puede decir que ese sea su género. El énfasis está puesto en el triángulo amoroso de Joan y sus amantes, que tampoco logra subyugar al espectador porque, además de tibias, son historias donde queda en evidencia que todos los hombres la controlan y menosprecian, además de diluir la posible mirada histórica sobre los hechos.
En conclusión, es un melodrama que no aporta nada novedoso, uno más del montón. Se termina perdiendo en momentos romanticones lentos en los que ninguno de los hombres tiene genuino interés en Joan. Es frustrante que la historia sea aburrida y fría, cuando se contaban con tantos elementos a su favor para generar contenido interesante y con la presencia de Dench.