La cuarta película dirigida por Trevor Nunn y y con guión de Lindsay Schapero basada en la novela de Jennie Rooney relata cómo en 1999 Joan Stanley (Judi Dench en la etapa adulta y Sophie Cookson en su juventud)esdescubierta a sus 87 años luego de mantener una vida de bajo perfil habiendo sido una espía que transfirió datos sobre la bomba nuclear a los soviéticos durante muchos años. Basada en la vida de Melita Norwood (1912-2005) la agente rusa que destinó la mayor cantidad de años dentro del Servicio de Inteligencia Inglés comienza cuando entra a la Universidad de Cambridge para estudiar Física. Allí conoce a Sonya (Tereza Srbova) y ella a su vez le presenta al seductor Leo (Tom Hughes), su primo, de quien inevitablemente se enamora. Los mencionados anteriormente son militantes comunistas y convencen a Joan a unirse a sus filas. Ella le pasa datos a Sonya cuando comienza a trabajar para Max Davis (Stephen Campbell Moore), casado, pero quien, a su vez se enamora de Joan y es su jefe y comanda el grupo de científicos que desarrolla la mencionada bomba. El guión recorre su vida mediante flashbacks que nos retrotraen a su juventud para luego volver al interrogatorio con todo lo que éste momento conlleva (la relación con su hijo, etc).Tiene algo de romance, thriller y espionaje pero nunca llega a tener la dosis de suspenso necesaria para que logre atrapar al espectador. Ni que fuera presentada en el Festival de San Sebastián ni que contara con una actriz nominada al Óscar siete veces fue suficiente para lograr una película atrapante.