La esposa narra la historia del matrimonio de Joe y Joan Castleman entra en crisis cuando viajan a Estocolmo para que el primero reciba el Premio Nobel de Literatura por un secreto que amenaza con salir a la luz.
La esposa es una película protagonizada por Glen Close y Jonathan Pryce, basada en la novela homónima escrita por narra la historia de un matrimonio de personas maduras que entra en crisis durante los días en que se encuentran en Estocolmo, cuando él va a recibir el premio Nobel de literatura. Quien dirige es el sueco Björn Runge, con una larga trayectoria en su país, aunque desconocido en Argentina, y completan el elenco Christian Slater, Max Irons y Morgane Polanski.
La película comienza en 1992, con una llamada telefónica en la que le informan al prestigioso escritor Joe Castleman que va a recibir el premio Nobel de Literatura de ese año. Y junto a su esposa Joan viajan a Estocolmo para recibirlo, pero en el camino se encuentran con un periodista que pretende escribir una biografía del autor, y que parece haber encontrado un oscuro secreto del pasado del matrimonio que intenta confirmarlo a pesar de la resistencia de ambos para que éste salga a la luz. A lo largo de la trama, y con la ayuda de diversos flashbacks, nos vamos enterando de este secreto, y vamos viendo como el personaje de Joan se replantea algunas de las decisiones que tomó en el pasado, llevándola a una crisis matrimonial que deben esconder de quienes los agasajan.
Glen Close como Joan Castleman
El punto fuerte de esta película es contrapunto en la compleja relación entre la dupla protagónica. Jonathan Prycecompone a este escritor impulsivo y en apariencia genial, que se complementa con esta Joan mucho más racional y contenida. Pero lo que hace que este personaje resulte interesante y su estado civil merezca el título de la película es porque todo lo que esconde detrás de una imagen de persona sumisa, que cumple con todo lo que las reglas sociales del entorno en el que viven espera de ella. Y por este motivo son fundamentales los flashbacks, que a modo de subtrama van ofreciéndole al público la información a cuenta gotas que se termina unificando con la trama principal en un clímax que permite hacer catarsis, descargando la enorme carga emotiva que se fue construyendo.
Desde el punto de vista técnico vale la pena destacar el muy buen trabajo de diseño de producción, a cargo de Mark Leese, porque nos muestra desde la puesta en escena la imagen que proyecta este matrimonio frente al mundo, que vive en una casa que serviría de modelo para una revista de decoración, y hace uso de todos los lujos que les ofrece la ciudad de Estocolmo a los ganadores de tan prestigioso premio. Porque si bien con el correr de los minutos vamos sospechando que hay un secreto oculto, pero permite que nos tome de sorpresa en el momento en que sale a la luz y conocemos a las verdaderas personas.
En conclusión, La esposa es una película que al igual que París, Texas, nos plantea el conflicto que se establece en una relación matrimonial entre las personas reales y la imagen que proyectan frente a la sociedad. Pero al público no le muestran lo primero hasta el final, para tomarlo de sorpresa e invitarlo a la reflexión, porque como bien dice el refrán “las apariencias engañan”.