En La estafa de los Logan el director Steven Soderbergh vuelve a trabajar un género que previamente exploró en todas las entregas de la saga Ocean´s Eleven con George Clooney.
La diferencia es que en esta oportunidad el proyecto lo desarrolló por la vía independiente y los protagonistas se desenvuelven en un contexto social diferente.
Los hermanos Logan no visten los trajes costosos de Danny Ocean y representan a la clase trabajadora del sur de los Estados Unidos.
Aunque la trama se desarrolla dentro del subgénero conocido en inglés como Heist Movie, donde el conflicto gira en torno a un gran robo, la puesta en escena es mucho más austera que las historias de los estafadores de Las Vegas.
No hay secuencias ambiciosas de acción y Soderbergh adaptó el argumento al presupuesto limitado que manejó (apenas 29 millones de dólares), donde aprovechó muy bien el reparto seleccionado.
Channing Tatum, quien en el pasado demostró un buen desempeño en roles humorísticos, en esta oportunidad integra un sólido equipo con Adam Driver (Star Wars) y Daniel Craig, quien se roba cada escena en la que aparece con un personaje muy divertido.
En un punto este film de Soderbergh se podría ver como el lado B de lo que fue La gran estafa, donde la misma clase de conflicto se trabaja en un ambiente diferente.
Uno de los atractivos de esta historia es el modo en que el director retrata la cultura del sur de los Estados Unidos y las familias que viven en las zonas rurales que no suelen recibir un tratamiento cariñoso en el cine Hollywoodense.
Por lo general los denominados granjeros “rednecks” suelen ser caracterizados en el género de terror como psicópatas y prima una mirada despectiva hacia ellos.
Soderbergh trabaja la cultura sureña con más cariño y por momentos evoca el espíritu de los recordados Dukes de Hazzard de la televisión.
Una cuestión que queda planteada en las motivaciones del robo que planean los protagonistas.
La estafa de los Logan tal vez no quede en el recuerdo entre los filmes más célebres del cineasta pero cumple con brindar un pasatiempo ameno que se disfruta dentro de este género.