Steven Soderbergh vuelve a dirigir un film tras su supuesto “retiro” del cine comercial. Luego de que se cancelara su serie “The Knick”, regresa al ruedo tentado por un guion que podría resumirse como “la versión redneck de ‘La Gran Estafa’“. Y es que hasta la misma película hace la comparación con uno de los grandes éxitos del director mediante algún que otro chiste.
“La estafa de los Logan” es una comedia en la que un obrero (Channing Tatum), recientemente despedido de una construcción en un estadio de NASCAR, decide usar sus conocimientos sobre su antiguo lugar de trabajo para robar las ganancias de una de las carreras más importantes del año. Para esto, reclutará a sus hermanos (Adam Driver y Riley Keough), los últimos miembros del clan Logan y algún que otro criminal con mayor experiencia. Lamentablemente el criminal elegido está tras las rejas (Daniel Craig), y aún peor, insiste en que se sumen al trabajo sus poco brillantes hermanos. Toda la trama sirve para envolver el corazón de la historia: el despido dejó al personaje de Tatum sin lo poco que ya tenía, y su hija se está por mudar a otro pueblo con la nueva familia de su ex mujer.
La dinámica entre Tatum, en las manos del director que mejor lo sabe exprimir, y Driver es el centro de la película. Gracias a un excelente guion, en general el film logra brillar con las interacciones entre personajes que logran mantener su simpleza intelectual conectada con su buen (o inescrupuloso) corazón. Se trata de un impresionante robo, planeado y ejecutado por los ladrones más tontos del condado. Aún cuando a simple vista se trata de estereotipos, todos y cada uno de los personajes (y sus respectivos actores) tienen la oportunidad de brillar y demostrar que van más allá de su aparente simpleza. El humor está por todos lados, es primero que nada una comedia y en eso triunfa de gran manera.
Se trata de una cinta con una estructura poco riesgosa, pero que gracias a la maestría de su director logra trascender lo decente. Un excelente montaje permite darle un ritmo perfecto a la visión de Soderbergh, la historia se narra con la velocidad adecuada en todo momento y los cambios se hacen tan justos que es imposible no dejarse llevar. El maestro está en su salsa, Soderbergh siempre fue un director impresionante que elige reinar sin asco en el terreno del cine comercial, y es en eso uno de los mejores.
Aunque nos muestre bestias automotrices de NASCAR, “La estafa de los Logan” es una increíble maquinaria funcionando a tope para que la audiencia disfrute tranquila de un placentero paseo. Cualquiera que vaya a verla esperando una buena película de robos, quedará satisfecho gracias a los puntos extras de una excelente comedia. Todo aquel que vaya buscando algo más, se encontrará con un film que brinda todo lo que puede llegar a dar una película para pasar el rato. Triunfa con lo justo, y no parece querer más.