El director de Re loca (2018) y de varios episodios de producciones televisivas como El hombre de tu vida y Los enviados filmó un ingenioso thriller escrito por Emanuel Diez (coguionista de las series Entre caníbales y El encargado, también con Guillermo Francella) en el que el protagonista se luce junto a un sólido elenco. Luego de su paso por los cines, la película estará disponible en el servicio de streaming HBO Max.
La sociedad entre Particular Crowd (TNT), Warner Bros. y HBO Max viene generando múltiples proyectos que tienen un primer paso por las salas y luego desembarcan en esa plataforma de streaming. Luego de títulos como Ecos de un crimen, En la mira y Un crimen argentino, es el turno de La extorsión, un proyecto algo más ambicioso y que demandó la asociación entre múltiples y reconocidos productores como Axel Kuschevatzky, Tomás Yankelevich, Juan José Campanella y Hernán Musaluppi, entre otros.
Como los mencionado films, La extorsión se basa en un guion “de hierro” dentro del cine de género, pero -más allá de ciertas resoluciones no del todo convincentes en algunas escenas cerca del final- esta vez el resultado es bastante más entretenido a partir de una conjunción de una narración bastante fluida, planteos ingeniosos, sorpresas bien trabajadas y un reparto de primer nivel.
Alejandro Petrossián (Guillermo Francella) trabaja como piloto en vuelos internacionales y, a los 58 años, es una referencia para todos los trabajadores de Aerolíneas Sudeste. Tiene un muy buen pasar económico y está casado desde hace mucho tiempo con Carolina Guerrero (Andrea Frigerio), quien trabaja como tripulante de cabina de pasajeros en la misma compañía.
El protagonista no parece tener demasiados sobresaltos (aunque el fantasma de la jubilación empieza a acecharlo) hasta que un día dos personas que dicen ser de la Policía Aeroportuaria lo “invitan” a acompañarlos hasta el aeropuerto de Ezeiza (habrá varias escenas filmadas en esa locación). Quien lo recibe, en verdad, es Saavedra (Pablo Rago), un siniestro personaje ligadoa los servicios de seguridad que lo extorsiona (de ahí el título) con algunos secretos y mentiras (afectivos y de salud) que Alejandro siempre se encargó de tapar. Y lo que tiene que hacer es pasar una valija (que nunca será revisada) en cada viaje a Madrid y entregársela allí a un tal Porchietto (Alberto Ajaka).
En principio, nuestro antihéroe se adapta bastante bien a la nueva situación (no la cuenta, no hace preguntas, no se cuestiona), pero en la interacción con su amigo y colega Fernando Marconi (el gran Guillermo Arengo) y a partir de la aparición de Mario Aldana (un impecable Carlos Portaluppi), quien sí es funcionario de la Policía Aeroportuaria, se desata un tenso juego de gato y ratón con constantes giros, múltiples derivaciones e imprevisibles consecuencias.
Quedó dicho que en el último acto hay un puñado de situaciones que desafían el verosímil, pero en líneas generales se trata de un cuidado, profesional y atractivo thriller que remite a cierto espíritu hitchcockiano y que en el ámbito local encuentra ciertas ligazones con Los Simuladores, la ya mítica serie de Damián Szifron. Por el lado de Zaidelis, hay una profusión de primeros planos que terminan quitando más de lo que agregan. Es que el impacto que al inicio pueden generar el rostro atribulado de Francella o la cara siniestra de Rago van perdiendo efectividad cuando ese recurso se torna recurrente. De todas formas, la mayoría de las decisiones narrativas y estéticas del director se ajustan a las necesidades del relato y, en ese sentido, La extorsión termina siendo un film bastante convincente.