Rara combinación entre film de “enseñanza de vida” y cuento de hadas: una pareja sin hijos se ve bendecida por un niño extraño que llega a sus vidas. Que resulta tener un vínculo (más que un vínculo) con la naturaleza y las plantas. El cuento, que es del tipo familiar, se resiente por la necesidad constante de que aprendamos “algo” en cada secuencia, lo que le resta libertad y complejidad a las criaturas que lo habitan.