Una luz en la oscuridad
María (María Laura Cali) trabaja como empleada de limpieza en una disco de Barcelona. Vive sola en una diminuta habitación de una vieja casa plagada de inmigrantes ubicada en un barrio dominado por la comunidad árabe. Un llamado la alerta de que su abuelo ha muerto y le ha dejado una precaria chacra (hipotecada y llena de deudas) en un paraje perdido del San Luis profundo. Hacia allí viaja con la idea de venderla lo antes posible, ver si le queda algún dinero y volver a su gris existencia europea.
Pero el destino y una especie de llamado interior hacen que se quede en esa zona árida, precaria e inhóspita más tiempo de lo previsto. A pesar de su aversión inicial, de su personalidad tan dura y seca como el clima, de sentirse en ese pueblo fantasma donde ya no pasa el tren casi tan extranjera como en Cataluña, acepta iniciar una relación afectiva con Juan (Arnaldo André), un divorciado de buen pasar y hasta soñar con un emprendimiento cuentapropista basado en la fabricación de arrope.
Una década después de concretar su opera prima Plaza de almas (un film que en su momento tuvo sus adeptos, pero que a mí no me había gustado casi nada) y de radicarse en Francia (donde suele trabajar para el canal Arte), Fernando Díaz construye una más que interesante segunda película, sustentada en una puesta en escena muy cuidada, en una sólida actuación de Cali y en un tono que le permite sortear los típicos clisés y el pintoresquismo de estas historias sobre gente de la ciudad que va al campo a cambiar su vida.
El film, es cierto, tiene algunos lugares comunes (situaciones ya vistas en historias similares), ciertos diálogos cun poco forzados, un personaje como el de Roly Serrano (una suerte de capo local) que cambia de forma demasiado abrupta y puede también que su resolución (¿el reverso de Un lugar en el mundo?) sea un poco condescendiente y edulcorada, pero La extranjera resulta un logrado segundo paso en la carrera de un director que, como su heroína, vive y trabaja a ambos márgenes del Atlántico pero que ha conseguido reencontrarse con su país a partir de una historia sensible y auténtica.