El “universo” propio de las personas que sufren sordera ha sido abordado repetidas veces en el cine. Podría nombrar las poco recordadas Querido Maestro y El Silencio de Oliver. En" La Familia Belier", el director Éric Lartigau vuelve sobre el tema, pero apuntando acertadamente a un tono aparentemente liviano, inserto en la comedia, lo cual le permite abrir el abanico hacia cuestiones profundas.
Hablamos de un film, proveniente de Francia, de veta comercial, con el protagónico de una cantante salida del famoso concurso televisivo La Voz; pero se demuestra que, el ser comercial y publicitario no necesariamente significa una baja de calidad.
Paula (Louane Emera) es una adolescente que vive con su familia en una granja alejada de la sociedad. Esta autoexclusión de la familia, quizás se deba a que, salvo ella, sus padres y su hermano menor son sordos, y el vivir alejados les permite cierta libertad
Sin embargo, Paula es el puente entre los Belier y la sociedad, ella vende las cosechas en la feria, ella arregla con los comerciantes, y traduce en palabras todo lo que su familia quiere expresarle al mundo. Cada uno de ellos tiene sus asuntos, pero cuando Paula poco a poco empiece a mostrar vetas de alas propias, la situación comenzará a preocuparles… aún más que la candidatura a Intendente del padre.
Paula ingresa a las clases de coro en la escuela siguiendo al chico que le gusta, no hay la más mínima intención de expresarse, sabe que su función es servirle de nexo a su familia. Pero una vez ahí, el profesor descubre que ella tiene un don especial para el canto, y le insistirá para que se inscriba en un concurso. ¿Cómo van a tomar los Belier esta noticia? Será cuestión de verla.
Lartigau creó una comedia fresca y divertida, que tiene mucho para decir. No se limita a hablar de la sordera, se expande hacia los mandatos familiares, hacia el destino que cada uno tiene marcado desde que nacemos, y hacia la relación de la sociedad para con el distinto. François Damiens y Karin Viard, quienes componen a los padres dan verdadera carnadura a sus personajes, tienen sobrada experiencia en la comedia, y logran llenarlos de matices, a través de ellos se vive una emoción gratificante.
Emera y Luca Gelberg (el hermano menor y único actor sordo del film) se muestran espontáneos, frescos, aportan dulzura. Con una bella fotografía que exuda libertad, La Familia Belier es un grato momento dentro de una sala cinematográfica. Sencilla, entretenida, entradora y más profunda de lo que aparenta. Para comenzar el año bien arriba.