Una familia muy normal
Lo mas interesante de La familia Bélier (La famille Bélier, 2014), de Eric Lartigau, es su trabajo por descontracturar un tema como la discapacidad desde un ambiente festivo y colorido que envuelve a todo el film.
Paula (Louane Emera) es una joven de 16 años que intenta pasar desapercibida en el mundo y cumplir con sus obligaciones, pero su familia, en la que todos son hipoacúsicos, le hace la vida imposible. Cuando su padre decide lanzarse como candidato a alcalde, sin importarle su condición, no sabe cómo hacer para hacerse comprender por los demás, por lo que una vez más apelará a Paula como intérprete. Es que la joven es el nexo entre la familia y el mundo. En el negocio familiar que tienen. En la calle. En la feria. En los comercios.
Pero cuando Radolphe (el padre, interpretado por François Damiens) descubre en la joven la posibilidad de comunicar al exterior sus deseos y proyectos políticos también se revela el talento de Paula, que hasta el momento se mantenía oculto: canta como los dioses.
Un profesor de música que la escuchará, se empeñará en llevarla a París a un certamen de talentos y allí comienza el verdadero conflicto de la película, que hasta el momento sólo presentaba situaciones. Si Paula se va a París nadie podrá hacer comprender a la familia con el mundo. Ella se verá entre la disyuntiva de continuar con los mandatos familiares o su profundo sueño de triunfar en el mundo de la música.
La familia Bélier es una comedia entrañable, que juega con emociones sinceras, sin golpes bajos, y con un estudiado sentido del punchline para poder reírse de la discapacidad en todo momento.
La paradoja que se plantea: Paula es un ángel cantando pero su familia no puede conocer este talento, sólo es superada por la habilidad de Eric Lartigau en no dejar caer el ritmo del film en ningún momento.