Secuela de una exitosa animación de 2017, esta nueva aproximación a la familia Wishbone se inicia con un extraño personaje que captura al conde Drácula para, después revelada como la niña Mia Star, ocurra lo mismo con Baba Yaga y con Renfield, secuestrados cuando están realizando su boda. Max, el muchacho Lobo de esta historia, busca impedir por todos los medios que se lleven a la abuela y trata de convertirse en el aguerrido lobezno para dar batalla. No lo consigue, aunque luego logre transformar a toda la familia otra vez. Así Vampiria, Frankenstein, la Momia y el Hombre Lobo van al rescate y deberán enfrentarse a la familia de Mía, Marlene y Maddox Star, quienes son los que obligan a la pequeña a capturar criaturas para plasmar un oscuro plan, teniendo como próximo objetivo al monstruo del lago Ness.
Sin la originalidad de la primera, esta familia logra entretener con su inocente pasatiempo para toda la familia que combina aventuras para los más pequeños y referencias a las películas de Misión: imposible y el Universo Cinematográfico de Marvel, para los más grandes. Lo hace al precio de un guion con buenos momentos y muchos lugares comunes y una animación que no otorga nada nuevo ni de especial calidad en la materia. Por desgracia, las voces originales tampoco se escuchan en este estreno, que llega con copias exclusivamente dobladas al castellano.
Con todo, el cine alemán para niños logra posicionar en tiempos posmodernos nuevamente un producto propio como lo hiciera con La historia sin fin. Los resultados son otros, pero también los tiempos son distintos. Y los niños ya no son tan niños.