Retrato de un majestuoso triunvirato
Yorgos Lanthimos encara su nueva película luego de éxitos rotundos como The Lobster y El sacrificio de un ciervo sagrado. Para esta entrega, se encarga de retratar, en su particular manera, lo que sucedía en la época donde reinaba la reina Ana en 1700. Junta un elenco tremendo, encabezado por Olivia Colman, Rachel Weisz y Emma Stone.
La reina de Inglaterra, Ana (Colman), está en un delicado estado de salud. Su mano derecha y amiga, Lady Sarah (Weisz) la ayuda en todo lo que necesita, sobre todo la toma de decisiones en tiempos de guerra con Francia. De pronto aparece la prima de Sarah, Abigail (Stone), quien le pide trabajo a pesar que no se conozcan anteriormente. Abigail comienza a escalar en su puesto de empleadora, con el fin de conseguir poder. El mismo poder que había perdido su familia.
El director se encarga de crear una película donde predomina la búsqueda de poder y de amor en el 1700. La narración avanza por acciones y consecuencia de las mismas, lo que la vuelve inesperable y entretenida. No es tan retorcida e incómoda como sus obras anteriores, pero logra que el espectador esté prestando atención en todo momento para no perderse ningún detalle.
La fotografía y el guion también se destacan, la primera cuenta en innumerables planos con un lente gran angular, casi ojo de pez, que distorsiona los alrededores de los protagonistas y logra formar una composición extraordinaria. La segunda característica está muy bien lograda, desde los diálogos hasta las acciones dramáticas y puntos de giro.
De las actuaciones no hace falta hablar mucho, solamente aplaudir. Sabemos que si Emma Stone está en el reparto, la visualización es obligatoria. En este caso los elogios se dividen en partes iguales, ya que el trío femenino hace un excelente trabajo.