El precio del empoderamiento
Empecemos por una cosa: si sos fanático de Yorgos Lanthimos y te encantaron sus últimas películas en inglés, preparate, porque vas a ver algo sumamente diferente. Habiendo dicho esto, prosigamos.
El ultimo film del director griego se centra las maquinaciones políticas durante el reinado de Ana de Gran Bretaña (1707-1714), la última soberana británica de la Casa de los Estuardo, que quien tras perder a sus 17 antes y durante el parto, esta sumida en una profunda depresión y delega todo su poder a Sarah Churchill, su acompañante y favorita, pero tras la llegada de una nueva criada, todas las cosas se pondrán cada vez más turbias.
Todos tenemos miedo cuando un director se aleja de su zona de confort, básicamente porque tememos a que le salga una aberración, pero Lanthimos ha logrado cambiar su cine y a conseguido realizar un film fantástico.
La principal diferencia es la interpretación de sus actores, cuando antes eran inexpresivos y monótonos (algo que llamaba mucho la atención y gustaba) ahora poseen un rango de registros enormes, sobre todo Olivia Colman, quien interpreta a Anne, mostrando una reina débil sumida en una depresión que la vuelve totalmente dependiente de su favorita. Rachel Weisz, con una androginia bellísima, logra también una gran interpretación. Y qué decir de Emma Stone, que logra poner sus toques de humor siempre a tiempo para luego volverse el personaje mas oscuro de este triangulo actoral.
Algo que llama la atención es la modernidad del lenguaje durante los 120 minutos que dura el film, cargado de actualidad, por momentos pareciera una película de época pero con palabras del 2019.
Por último, párrafo aparte para Robbie Ryan y su lente angular, dando planos totalmente sorpresivos para el cine de Yorgos Lanthimos. Película bella si las hay.