Homenajear a un artista fallecido realizando una obra póstuma, es un arma de doble filo muy peligroso de manipular. Porque captar el espíritu, la sensibilidad, la mirada personal, etc., del personaje en cuestión es difícil de ser recreado por otro. Eso es lo que ocurre en esta película codirigida por Laura Amelia Guzmán, sobrina del homenajeado, oriunda de República Dominicana, e Israel Cárdenas, mexicano.
Ambos recuerdan y dan a conocer al público a un director de cine muy reconocido en el Caribe que fue asesinado en el año 2000. Jean-Louis Jorge filmó algunas películas exóticas con bailes sensuales, asesinatos y vampiros. Fragmentos de esos films integran la trama, junto a fotografías, música caribeña, y también algún tango.
Realizada en Santo Domingo dentro de un Lodge paradisíaco, se alojan allí quienes van a interpretar al equipo técnico y artístico que va a rodar un largometraje sobre un guión de 1980, que fue encontrado por una gran amiga de Jean Louis,-Vera (Geraldine Chaplin), que es actriz y directora. En ese sitio se va a reunir con gente que conoce hace años y confía en ellos.
El relato recorre momentos de la producción, filmación, inconvenientes de toda índole, alternados con otros donde a Vera se la ve preocupada o desconcertada. Fantaseando con situaciones o recuerdos, que no queda muy en claro, si fueron reales o pura imaginación de la protagonista.
Narrado con mucha calma, se percibe que la falta de dinámica es muy natural en esos territorios, donde el calor y la humedad convierten a las personas en más aplacadas y pacientes, alejados de los ritmos que se viven actualmente en las grandes ciudades.
Filmar una película dentro de otra, se ha hecho varias veces, cubriendo prácticamente todos los géneros cinematográficos, pero en este caso, resulta indescifrable hacia donde quiso apuntar la dupla de realizadores, porque cuando no muestran la “cocina” de cómo se hace una película, se regodean mostrando imágenes de paisajes o de una persona bailando, en la que no logran plasmar en la pantalla los sueños y fantasmas que atormentan a Vera. Sólo queda claro, para comprenderlos un poco mejor, una frase que dijo ella al final: No sé si es la película que hubieses querido filmar, pero tómalo como un regalo. A buen entendedor, pocas palabras.