Lo primero que vale la pena aclarar es que éste filme es exclusivo para “consumo” interno, tiene un claro y univoco destinatario, el ciudadano medio americano, ese que esta subsumido en una sociedad de consumo (valga la repetición, lo mismo hace el texto fílmico, todo muy redundante), que nada se interroga. Es por esto que no podría, (debería) provocar por estas latitudes el mismo efecto.
Partiendo de un enunciado y constituyendo una premisa tan sencilla como simbólica: es mejor acá adentro que allá afuera Hacia eso apunta todo el texto, sólo que esta vez los encargados de instalar el discurso son un grupo de comestibles “encerrados” en un supermercado.
Los principales son Frank (Seth Rogen) una salchicha enamorada de Brenda (Kristen Wiig), un pan de viena, espera ser elegido por los “dioses” y poder juntarse con ella para conformar el clásico “Hot dog”, comida chatarra, el “fast food” por excelencia, icono de la cultura yankee.
Ellos creen que, según su propio mito, tendrá una vida mejor una vez que dejen el lugar en el que están, nada saben de la verdad de su destino, hasta que algún otro compañero de situación siembra la duda por algo que escuchó.
Para que esto parezca que pueda funcionar, los directores Greg Tiernan y Conrad Vernon la conciben dentro del género de la animación, ese que permite cualquier arbitrariedad con el fin de establecer la verosimilitud del relato, de manera extremadamente eficiente en tanto tecnología puesta a su servicio, nada hay que no sea del orden de la perfección en cuanto animación, color, montaje, pero enarbolando siempre la bandera del mal gusto, el chiste chabacano, soez, como si eso sólo pudiese causar gracia, intentando hasta ser transgresores, situación que dista lejos de serlo.
Un par de tópicos repetidos hasta el cansancio, donde los sexual es el argumento por excelencia, pareciera ser que por el sólo hecho de tener como destinatario el mundo adulto y ser un filme de animación se pueda no pensar en el humor con elementos genuinos. Solo repetición de escenas y chistes que tienen como elemento central implicito el sexo. No obviando que algunas sean bastante manifiestas, de mal gusto, con la sola intención de provocar la risa fácil, pero por acumulación del recurso hastía. No interesa finalmente si son frutas y verduras, frascos y envases enlatados, pan y salchicha, todo es del orden de la evidencia explicita, el consumo de drogas, orgías varias
Por supuesto que la oportunidad no hay que dejarla pasar y establecer desde ahí otros grupos de chanzas sustentadas en los más retrógrados estereotipos, entonces nos encontramos con Teresa (Salma Hayek), un taco mejicano homosexual, o Barry (Michael Cera), una salchicha deforme, (¿léase discapacitada?) discriminada por su particularidad, un representante de la comida asiática, uno de cada uno, no mas por favor, no se transforme en invasividad indiscriminada. Todo junto y por el mismo precio
Por esas cuestiones del destino, accidente de por medio, nuestra pareja de héroes quedan fuera de sus respectivos envases, alejados de sus compañeros, cuando han sido elegidos exactamente el 4 de julio, Día de la Independencia, en su recorrido por el retorno descubrirán la cruda verdad, saben que deben avisarles a sus compañeros de la mentira implantada.
Es a partir de este momento que el filme se asemeja desde la estructura del relato a “La Isla” (2005), de Michael Bay, claro que si partimos de lo regular para copiar, el destino no puede ser demasiado alentador.
La historia abre con una estética propia de los filmes de animación actuales, pero la banda de sonido, la canción específicamente, cantada por los productos en sus góndolas, hace clara referencia a las producciones de la edad dorada de Hollywood, donde todo era color de rosa y se empezaba establecer el “American way of life”.
Hay todo un subtexto implícito, a veces bastante explicito, de discurso político, ¡Acá estamos seguros!, ¡Nos arreglamos bien entre nosotros!, ¡El afuera no es tan maravilloso como dicen! El problema entonces es que, además de todo lo establecido, querer ser transgresores y divertidos sin lograrlo es que el americano medio, a quien apunta para que consuma este producto, posiblemente no lo va a poder asir, se quedará en la gansada, y lo estúpido nunca es gracioso.
(*) Nota de la distribuidora, con pedido de difusión, 26 de octubre.
“Estimados periodistas,
Debido a las consultas que hemos recibido por este tema, les informamos que la película “LA FIESTA DE LAS SALCHICHAS” que estrenaremos el jueves 27/10, fue calificada por el INCAA como APTA PARA MAYORES DE 13 AÑOS CON RESERVA. Se solicitó una nueva calificación pero el Instituto nos comunicó que no se permite una re calificación para subir la edad de la misma.
Para nosotros, la distribuidora, es una película que debería haber tenido una calificación mayor - SAM 16 o SAM 18 - por el alto contenido de temática sexual y de consumo de drogas, por ese motivo las piezas de comunicación se produjeron oportunamente teniendo esto en cuenta con la intención de prevenir que se confunda con una animación para niños.
Ante esta situación, las salas de cine también han sido advertidas para evitar problemas en las boleterías cuando se presenten familias o menores de edad.
Agradecemos como siempre la difusión”