Un día antes de su boda, Laura (Jazmín Stuart) y Daniel (Esteban Bigliardi) van a la casa de campo del padre de ella, León (Gerardo Romano), para ultimar detalles de la fiesta. Él es el jefe de todos: dirige a la pareja como si fuesen marionetas y decide sobre la celebración a realizarse, su hija lo respeta porque “él es así” y porque hace “todo para mi princesa”, frase en la que se escuda León constantemente, pase lo que pase. A Laura se la ve rara, parece ser por el contrapunto que suponen su padre y su futuro marido, callado y sumiso. Esa noche, se escapa a una fiesta silenciosa que se realiza, con auriculares, en la casa de al lado, y su vida cambiará para siempre. Laura, su padre y su futuro marido, saldrán en búsqueda de violenta venganza.