Diego Fried nos presenta un thriller hecho y derecho que, tras su paso por el Festival Internacional de Mar del Plata del año pasado, desembarca en Cine.Ar TV, primero, y en el streaming después, ya que obviamente con la pandemia que está afectando al mundo entero, los cines estarán cerrados por quien sabe cuánto tiempo. Una lástima que «La Fiesta Silenciosa» no tenga su estreno comercial en las salas de todo el país ya que es una historia interesante y bellamente filmada que nos sumerge en el campo de los encuentros de música electrónica que se dan con auriculares y sin sonido a viva voz más que el que puede recibir cada usuario con sus receptores personales. Una imagen bastante llamativa y eficaz para ser trasmitida de manera audiovisual.
El largometraje inicia el día previo al casamiento de una pareja, Laura (Jazmín Stuart) y Daniel (Esteban Bigliardi), quienes se dirigen hacia la casa de campo del padre de ella, León (Gerardo Romano), lugar donde se realizará la celebración. Ambos están nerviosos e inquietos creando un clima bastante enrarecido previo a la boda. León no hace más que añadir su cuota de incomodidad a los novios y todo parece indicar que hay una tensión latente que pone en duda el evento augurando una crisis inminente. Laura decide pasear por la zona para despejarse y descubre que en la quinta de al lado hay un grupo de adolescentes que están teniendo una de esas «fiestas silenciosas» donde los participantes escuchan la música por medio de auriculares para no molestar a las casas aledañas y para darle un giro novedoso al asunto. Allí, ella se emborracha y atraviesa por una situación donde su vida dará un giro de 180 grados, transformando su realidad para siempre.
El escenario es perfecto, una fiesta novedosa donde cada persona escucha la música por separado pero está alienada complemente del resto y de lo que pasa alrededor. Un marco en lo que todo puede pasar y nadie se daría cuenta hasta que sea demasiado tarde. Una tensión latente como resultado del nerviosismo previo al casamiento o quizás otras cosas que como espectadores desconozcamos. Una cámara fluida que sigue a nuestros personajes bien de cerca, casi haciéndole marca personal y metiéndonos en la intimidad de estos individuos. Incluso la llegada de la pareja a la casa de campo tiene un plano secuencia bastante interesante donde vemos la disposición del lugar y nos ubicamos en el espacio donde sucederá la mayor parte de la acción. Una historia que comienza de manera normal y a medida que se van desarrollando los acontecimientos se va tornando cada vez más oscura y amenazante, haciendo que verdaderamente temamos por la vida de los protagonistas.
Un film que no tiene pelos en la lengua a la hora de mostrarnos varios temas de actualidad como la violencia, el abuso sexual y demás cuestiones que atraviesan a las sociedades modernas, pero desde el costado del thriller (con algunos tintes del cine de explotación del estilo «Rape And Revenge» de los ’70 pero con la perspectiva más actual de la problemática), buscando siempre ese clima enrarecido y esa atmósfera ominosa que envuelve a los personajes.
Gran labor de Jazmín Stuart en su interpretación de Laura y un excelente aporte de Gerardo Romano en la constitución de ese padre moralmente cuestionable que como típico representante de la clase acomodada busca hacer justicia por mano propia y/o resolver las cosas de forma personal. Un film técnicamente impecable que también se beneficia por un trabajo destacado de guion aun cuando sobre el final tambalea un poco dejando ciertos elementos con una resolución o falsa resolución apresurada.
«La Fiesta Silenciosa» es un gran thriller que daría que hablar en un contexto diferente con un estreno en salas, como reflejo de una sociedad convulsionada que todavía tiene un largo camino que andar en cuestión de violencia de género. Una sociedad que al igual que la fiesta del título decide optar por un comportamiento silencioso haciendo oídos sordos a las problemáticas continuamente señaladas.