Bellas imágenes y excesiva mixtura de géneros de cine
Esta comedia dramática fantástica tiene una ensalada de generos. Hay terror, romance, erotismo, espías de la Guerra Fría, drama sobre intolerancia, gore y ultraviolencia, cinefilia y hasta un número musical. Todo esto con un toque casi peligroso de cine de arte que, más allá de la originalidad y las imágenes fascinantes, explican sus 13 nominaciones al Oscar.
En "The Creature Walk Among Us" de 1955, la secuela del clásico de 1954 "The Creature From the Black Lagoon", el director Jack Arnold llevaba a su monstruo del Amazonas a los Estados Unidos para que lo hagan sufrir exhibiéndolo en un acuario de Miami. En "La forma del agua", Guillermo del Toro muestra a un pariente cercano de aquel hombre anfibio atrapado en un sitio peor, un laboratorio secreto del gobierno estadounidense que, luego de atraparlo en el Amazonas, lo quiere analizar para experimentos que podrían servir a la carrera astronáutica contra la Unión Soviética. Justamente, hay espías rusos que también quieren al monstruo, que posee algunos superpoderes inesperados además de lucir lo suficientemente guapo como para atraer, románticamente, a una chica muda que trabaja limpiando el laboratorio.
Con guiños a clásicos de todo tipo, desde "La Bella y la Bestia" de Cocteau a "La escalera de caracol" de Robert Siodmack, ya que el psicópata Michael Shannon acosa a la muda Sally Hawkins, aceptada por el monstruo tal cual es, del Toro se supera a sí mismo en lo visual y lo imaginativo. Pero su gran desafío es llevar al espectador de un clima a otro paseándolo sin pausa por todos los géneros ya mencionados. En general lo logra, aunque tanta mezcla le quita un poco de fuerza narrativa a este gran film que tal vez debería durar veinte minutos menos, o tal vez una hora completa más, porque cada personaje y estilo darían para una mini-película en si mismos.
Lo cierto es que "La forma del agua" se disfruta mucho, empezando por la formidable actuación de la protagonista (y de todo el cast), la fotografía y la hermosa música de Alexander Desplat.