La cuestión Malvinas sigue siendo una herida lacerante en la sociedad argentina. Más allá de que por distintas cuestiones, siga en estado latente, su fuerza está intacta. Desde el cine, hemos tenido abordajes de ficción y algunos documentales que dan cuenta de elementos importantes para entender la naturaleza intrínseca del conflicto bélico de 1982.
Llega ahora una realización que decide trabajar sobre esa matriz, pero para ello recurre a tres enfoques distintos, marcados por una temporalidad distinta. En 2006, Julieta Vitullo viaja a las islas del Atlántico Sur para profundizar el material necesario para una tesis. En esa oportunidad conocerá a dos ex combatientes que están tratando de reestructurar sus memorias (regresan al territorio casi 24 años después) de visita en Puerto Stanley (Argentino).
Allí, de manera casera y un poco desprolija (para el formato cinematográfico) se obtienen testimonios duros, movilizantes sobre cuestiones que hoy en día nos siguen sorprendiendo. Recorridos en vehículos por las amplias planicies, tomas donde el viento es protagonista y el terreno rocoso de la isla van dando el marco geográfico para conocer más sobre la aridez de la vida allí.
Años más tarde, en el 2010, los directores Daniel Casabé y Edgardo Dieleke (de quienes ya conocimos la interesante, "Cracks de nácar") regresan con ella a completar la tarea y saldar algunas cuestiones inconclusas que la investigadora trae y son muy personales.
En este superponerse de las tres capas (la final sería la guerra misma), le da al documental un estilo bastante personal. Si bien conserva esa espíritu de transmisión, por momentos, tradicional, de la información con la que cuenta, lo cierto es que va generando un cierto espiral de intriga por ir descubriendo algo más de lo que se ve en forma explícita.
En lo personal, me gustó la manera en que se editó el corte final (más allá de que demande cierto esfuerzo para el público) aunque, la calidad de la imagen y el audio en parte de la cinta le bajan la calificación.
Es cierto que el registro original quizás no fue pensado para la pantalla grande, pero creo que nos debemos material de este tipo de abordajes en la máxima calidad posible. Más allá de eso, "La forma exacta de las islas" vale la pena.