Entre la espada y la pared
El director Luc Besson se destacó siempre en el género de acción (últimamente se lo ve más en su rol de productor) y con esta coproducción entre Francia y el Reino Unido hace foco en la activista de Birmania, Aung San Suu Kyi.
La fuerza del amor (The Lady) aborda la faceta más íntima de esta mujer que luchó contra la tiranía de una dictadura, sufrió un eterno arresto domiciliario desde 1989 hasta el 2010 (justamente cuando se estaba rodando esta película), y recibió también el Premio Nobel de la Paz. Besson nunca se olvida del entretenimiento en esta historia de amor que combina política, intriga y drama familiar.
Sobre ese trípode se sostiene esta realización de más de dos horas que puede pecar en algunos momentos de drama edulcorado, pero que pinta el universo de esta mujer que sufrió en carne propia la prohibición, la separación de su familia (el esposo y los dos hijos) y el exilio en su propio hogar a pesar del enorme apoyo popular con el que contó.
Las convicciones, los ideales y el amor por los suyos la llevaron a estar entre la espada y la pared ("Si no esta lucha sería en vano") y siempre al borde de las agresiones de los militares, los verdaderos villanos del relato.
La película cuenta con el protagónico de Michelle Yeoh (La Monia: La tumba del emperador Dragón) y David Thewlis (Caballo de guerra) en el rol de Michael Aris, su marido, un experto en temas tibetanos. Sus excelentes composiciones hacen creíbles las situaciones y transmiten el dolor que atraviesan sus personajes.
Entre campos minados por los que caminan inocentes, la radio como vía de comunicación con el resto del mundo (cuando no le cortan la luz) y la envolvente banda sonora de Eric Serra (un habitual colaborador de Besson), la película es una biografía respetuosa que plantea un profundo dilema íntimo de una mujer que puso color a un país oscuro donde reina el terror.