De la mano de Luc Besson, conocemos la historia de la militante pacifista Aung San Suu Kyi, interpretada por Michelle Yeoh.
Existe un tipo de situaciones que la industria del cine adora llevar a sus campos y sin lugar a dudas se trata de las biopics (aunque en este caso podemos hablar de una obra algo mas compleja dado que muestra el desarrollo de todo el grupo familiar, no solo de ella) de personajes que tengan un tinte heroico y combativo con basamento en hechos reales.
En este caso Aung San SuuKyi es una fiel oponente a la dictadura imperante en la lejana Birmania, quien sufrirá en carne propia las injusticias de un sistema opresor que la separará de su familia (madre , esposo e hijos ) sometiéndola al presidio por la mayor parte de su vida y poniendo a prueba su temple. En la vida real Aung permaneció cautiva del gobierno dictatorial hasta el año 2010, casi al mismo tiempo que el rodaje se llevaba a cabo.
Sumida en el aislamiento mas absoluto que suele minar las temples mas férreas Aung San SuuKyi logra comunicarse con el mundo exterior a través de la radio y asi llevar su mirada y su militancia a los miles de oprimidos que a pesar de contar con un libertad ambulatoria se encuentran presos de un modo de vida impuesto por el mas fuerte.
Con una cuidada fotografía acompañada con excelentes interpretaciones (se destaca la composición de Michelle Yeoh y David Thewlis) y una banda de sonido contundente a cargo Eric Serra, La fuerza del amor se erige como un drama intimista y aleccionador que para algunos podrá ser tildado de maniqueista y con lugares comunes del genero que tal vez debiliten la fortaleza de un potencial guión mas jugado.
Tal vez el único pecado del film resida en tener el perfil ideal que poseen aquellas producciones realizadas para complacer al gran público y arrasar en las premiaciones de festivales de cine con un superfluo mea culpa realizado con excesiva corrección política. Pero por otro lado si un film puede servir para que el mundo entero enfoque su mirada en injusticias que de otra forma tal vez serian ignoradas tal vez el cine haya cumplido su cometido, aunque se manera tibia.
La polémica esta planteada y como siempre los espectadores serán los encargados de definir los tantos.