La violencia que habita
Juan Álvarez Neme explora las consecuencias de la violencia ejercida por el hombre en este ensayo visual que recorre la naturaleza en su estado salvaje. A través de sus dos protagonistas, el viaje se extiende por los bosques de Nagasaki para finalizar en el campo, donde parece que el tiempo ha quedado detenido.
La Fundición del Tiempo (2018) comienza en Nagasaki con el relato de un “Dr. de árboles” que cuenta la destrucción que sufrieron cinco ejemplares con la caída de la bomba atómica. Mediante su relato sobre el trabajo realizado recupera la memoria de la tragedia que sacudió al imperio japonés y dejó secuelas que persisten hasta el día de hoy.
En otro lado, un hombre se confunde en la noche y acaricia una lechuza. Entrado el día lo vemos en su hábitat, al galope, arriando a una manada de caballos hacia su corral. Mientras que la primera parte del documental/ensayo transcurre en blanco y negro, esta es a todo color.
La cámara de Juan Álvarez Neme contempla a los protagonistas en plena faena y analiza la naturaleza violenta que habita en el hombre. Desde el relato del arborista que describe las consecuencias de uno de los actos más atroces de la humanidad hasta el trabajador rural en su intento por dominar a los caballos, el realizador lleva adelante una narración hipnótica con secuencias que logran mantener la atención del espectador hasta el final.