Romeo (Adrian Tieni) es un médico de 50 años que dejó atrás las ilusiones relacionadas con su matrimonio, ahora acabado, y su Rumania, destrozada por los acontecimientos. Ahora lo único que le importa y obsesiona es que su hija de 18 años estudie en el extranjero. El día antes de sus exámenes finales, la chica es acosada en la calle. Desde ese momento, Romeo pondrá en jaque a todo su entorno para conseguir que su hija sea aceptada en una universidad británica, aunque ello suponga mostrar su peor cara ante una comunidad que lo respeta.
El director de la aclamada “4 meses, 3 semanas, 2 días” en esta ocasión nos presenta una realidad atestada por la corrupción estructural, acentuada en las decisiones de cada persona que sostienen y profundizan tales faltas éticas. Se pone en discusión el rol de la educación formadora de los individuos, tanto la institucional como la familiar, caracterizadas por una doble moral en la que la hipocresía evita la transmisión de valores.
Mungiu retrata esa Rumania que sigue atada a sus males históricos, a la vez que toma los vicios de Occidente a medida que se confirma su crecimiento social y económico, una dicotomía muy presente en “Graduación”, (o “Los Exámenes”) .
Se concibe el drama como un viaje de ida, una experiencia que necesita sacudir el alma y la conciencia del espectador. La narración se abre con una ventana rota tras la caída de una piedra, como si los peligros del exterior entraran de lleno en la familia para destruirla por completo. En ese vaivén de ruidos, sombras espectrales, llamadas telefónicas sin responder se construye la película.
El personaje principal actúa conforme a la idea de que, para activar el cambio social que representan las nuevas generaciones, a veces hay que recurrir a métodos no del todo legales, con todas las contradicciones que ello implica. En paralelo, el director asume que ese discurso sólo es posible reiterando todo el tiempo el arribismo de Romeo. Esa insistencia es precisamente lo más cuestionable, dejando el sabor de una aparente crítica a la corrupción imperante en su país, la violencia contra las mujeres y el sistema educativo, pero dejando al final del paladar, una postura ruidosamente moral sobre ciertas conductas de las personas en momentos en que les aprietan los zapatos.
Puntaje: 3/5