Christian Bale, Ryan Gosling, Steve Carrel y Brad Pitt esclarecen el absurdo universo de Wall Street a través del absurdo prisma de Adam McKey.
Todo lo que siempre quiso saber sobre la crisis económica de 2008 y no se animó a pregunta
Hace ocho años una compañía financiera llamada Lehmann Brothers quebraba y la economía mundial se iba al tacho. Nadie lo vio venir…salvo por unos tipos bastante extraños que lo advirtieron y se aprovecharon de la situación. La Gran Apuesta toma como excusa la historia de éstos cuatro “visionarios” para explicar de una forma directa y visceral las razones por la cuál el mundo se vino abajo.
Adam McKey es probablemente uno de los mayores responsables del nacimiento de la así llamada “nueva comedia americana”. El nombre del cineasta suele estar asociado a las producciones más delirantes de Will Ferrell (incluida la fenomenal gema de culto Anchorman: La Leyenda de Ron Burgundy),y quizás cuando pensamos en su estilo (una buena mezcla entre improvisación y humor desquiciado) la primera opción no sea asociarlo a complejos entramados macroeconómicos. Sin embargo, la crisis de 2008 no es un tema ajeno al director, quien incluso había tenido un primer acercamiento en el final de su último film, The Other Guys. Y por otro lado, no hay nada más disparatado e irracional que el capital financiero, por lo tanto nada mejor que la impronta de McKey para contarnos como funciona este supuesto sistema.
Explicame que me gusta
Generalmente, cuando un film explícita información a través de diálogo o voice over es porque carece de la inventiva para utilizar un dispositivo audiovisual como medio narrativo. Son muy pocos los cineastas que hacen un arte de la exposición, Sorkin y Scorsese son parte de este selecto grupo; McKey lo sabe y toma los mejores elementos de los dos para estructurar su relato. El director apela a un diálogo furioso y acelerado pero a su vez se detiene – literalmente – a elucidarlo rompiendo la cuarta pared de una manera muy graciosa.En este sentido, el montaje funciona de gran manera y es uno de los mejores aspectos del film ya que no sólo tiene la función de hacer estas pausas de manera orgánica sino también interconectar cuatro focos narrativos diferentes. La Gran Apuesta comparte varias aristas (algunas directas) con El Lobo de Wall Street, pero con la diferencia que intenta explicar el “Fugazi” (básicamente el humo) de la Mano Invisible del Mercado. Algo así como el documental “Inside Job” pero ficcionalizado.
Si bien hay a un tratamiento bastante equilibrado de los personajes, es Steve Carrell el que se lleva la mayor parte del metraje. Su papel es el único que tiene un verdadero costado emocional desarrollado por fuera de las necesidades del guión; y más allá de su horrible peluca, es un punto de empatía dentro de un nido de ratas y especuladores. Le siguen por debajo Gosling, de buena interpretación pero bastante acotado ya que cumple el rol de narrador, y un excéntrico Christian Bale -no, no hace de Patrick Bateman – que siempre resalta en este tipo de personajes. Lo peor realmente es Brad Pitt (productor de la cinta) que como en 12 años de Esclavitud se limita a ser una vez más el prodigioso salvador moral de la humanidad.
Conclusión
Con un guión revulsivo, buenas actuaciones y gran trabajo de montaje, La Gran Apuesta es una mirada fresca y singular sobre uno de los hechos mayor impacto mundial de los últimos tiempos.