Breve historia de la infamia.
La crisis económica mundial que se desató en el 2008 y aún marca las políticas financieras de los países desarrollados tuvo sus primeros síntomas en Estados Unidos durante el 2007 y estuvo directamente relacionada con las políticas económicas del gigante del norte a partir del 2001. La crisis expuso increíbles casos de corrupción que salpicaron a numerosos ejecutivos bancarios y gerentes de fondos de inversión que ganaron millones a costa de la debacle.
La Gran Apuesta (The Big Short, 2015) reconstruye bajo el formato ficción un libro de “no ficción” de Michael Lewis, The Big Short: Inside the Doomsday Machine, que narra el descubrimiento de la burbuja financiera alrededor de las hipotecas inmobiliarias por parte de un gestor de un grupo de fondos de inversión. Tras la aparición de los primeros síntomas de la crisis que originó uno de los salvatajes económicos más escandalosos de la historia mundial por parte del gobierno norteamericano, el inusual gestor, Michael Burry (Christian Bale), descubre -tras un estudio de las condiciones del mercado inmobiliario- que la especulación ha llegado a un nivel en que el lucro ha roto todas las barreras legales generando una bomba de tiempo económica a punto de estallar. A pesar de las reservas de los directivos de su financiera, Burry decide invertir en contra del mercado inmobiliario dos años antes del comienzo de la crisis, generándole enormes pérdidas a su fondo de inversión, para sorpresa de todos los bancos y de sus colegas.
La historia está narrada a través de Jared Vennett (Ryan Gosling), un trader inmobiliario del Deutsche Bank que al reconocer la oportunidad, comienza a buscar inversores para especular en contra del mercado inmobiliario norteamericano, hasta ese momento considerado el principal motor económico del país. Por una llamada errónea, Mark Baum (Steve Carell), el operador de una financiera, se entera de la posibilidad de la existencia de la burbuja y comienza a investigar instigado por Vennett con la posibilidad de obtener un rédito multimillonario a través de la especulación.
A medida que los protagonistas comienzan a indagar se dan cuenta de que todo el sistema económico es un gran entramado de corrupción sobre el que todos ostentan su condición sin comprender ni asumir las consecuencias. La película es una bomba de tiempo que desenmascara las causas de la crisis buscando metódicamente herramientas para explicarla pedagógicamente. La adaptación del libro de Lewis logra desentrañar tanto el origen como las consecuencias de las políticas de expansión del crédito, la reducción de los impuestos y la desregulación del mercado que impuso el gobierno de George Bush tras la manipulación política de los atentados del 2001.
La utilización de dispositivos didácticos -a través de la aparición de personalidades famosas en escenarios familiares para explicar los entramados del lenguaje financiero- es una jugada narrativa osada con vistas a romper con el tono grave y circunspecto de la historia, y funciona a la perfección en diálogo con la trama. Las actuaciones de todo el elenco son brillantes y nos conducen a través del mundo financiero como si estuviéramos viviendo la pesadilla bursátil que fundió a varios fondos.
En sintonía con el documental Capitalism: A Love Story (2009) de Michael Moore, el guión del realizador Adam McKay y Charles Randolph llega hasta las raíces de la corrupción, la impunidad y la soberbia de los especuladores para denunciarlos y exponerlos ante la sociedad. De esta manera, La Gran Apuesta realiza un trabajo que logra dejar al descubierto la incapacidad de los directivos del “nuevo capitalismo” para pensar y actuar a largo plazo, conduciendo a ciegas barcos económicos destinados a encallar y provocando recesiones y pérdidas que siempre terminan afectando a los trabajadores y generando ganancias a las entidades bancarias y financieras.