El ratoncito valiente
La gran aventura de Gamba (Gamba: Gamba to Nakama-tachi) es una película de animación japonesa basada en la novela de Atsuo Saitô. Está dirigida por Tomohiro Kawamura y Keisuke Komori, con guion a cargo de Ryôta Kosawa. La película fue doblada en Perú por ello cuenta con las voces de Javier Jugo, Yuval Benamú, Víctor Luperdi, Pilar Soto, Jesús Villanueva, Juan Diego Polanco, David Cáceres y Ann Giraldo.
La historia se centra en Gamba, un ratón celeste que vive en la ciudad pero tiene muchísimas ganas de conocer el mar. Cuando se encuentra por casualidad con el pequeño Chester, decide ayudarlo al verlo tan afligido. El ratoncito le cuenta que su familia está en peligro debido a un grupo grande de comadrejas lideradas por Noroi. Junto a sus amigos, Gamba iniciará un viaje hacia la isla para enfrentarse con el temible animal blanco.
Nos encontramos ante una propuesta plenamente infantil que a los adultos les aburrirá por su previsibilidad, alargue del conflicto y poco desarrollo de sus personajes. A pesar de que los paisajes estén bien construidos, el pelaje de los ratones deja mucho que desear y casi ninguno logra empatizar con el espectador. Ya sea por el diseño de sus caras o por el guion, solo el sufrido Chester llega a generar interés (aunque su llanto sea muy repetitivo).
Las escenas de confrontamiento con las comadrejas son variadas pero algo se repite en cada una de ellas: la cámara lenta. Se hace un abuso de este recurso, que resulta muy notorio para los más grandes y, al ya estar seguros de cómo va a ser el desenlace, cansa.
En cuanto al villano, Noroi logra ser de lo más temible. Sus ojos azul brilloso sin pupilas junto al pelaje blanco en la cima de la isla le dan un toque aterrador que puede llegar a asustar a los pequeños. Cuando él aparece en pantalla la película se hace más disfrutable ya que la fragilidad de los roedores se palpa en el aire.
Una de las secuencias mejor logradas, aunque termine como si nada hubiera pasado, consiste en la hipnosis que las comadrejas les realizan a los ratones. Allí el ambiente oscuro ayuda a crear una situación de peligro genuina en la que el control del cuerpo mismo no existe. Además la batalla final que se da dentro del océano brinda un poco de aire fresco a lo que veníamos viendo.
La hora y media de duración de La gran aventura de Gamba aburre muchísimo ya que durante el film no sucede nada innovador, solo es una preparación para el confrontamiento entre estas dos especies. Eso sí, si deciden verla, quédense en los créditos para apreciar una animación mucho más hermosa y con una canción japonesa que transmite todo lo que a la película le faltó.