Antes era todo increíble y divertido
Tras la invasión extraterrestre de los "Duplo", que destruyen todo lo que vean colorido y brillante, Emmet, Lucy, Batman y sus demás vecinos deben sobrevivir en un mundo post-apocalíptico. A diferencia de la primera película, el film resulta desoladamente aburrido.
"Antes todo era increíble. Ahora, todo es desolación”. Así habla Lucy (Elizabeth Banks) sobre un pasado mejor en el mundo de los personajes de Lego. Pero sin querer, da una descripición perfecta sobre lo que en realidad fue el pasado, la primera película, y la diferencia esencial con esta nueva aventura: desoladamente aburrida.
Tras la invasión extraterrestre de los “Duplo” (marca de Lego creada para los más chicos), que cada tanto destruyen todo lo que vean colorido y brillante, Emmet (Chris Pratt), Lucy, Batman (Will Arnett) y sus demás vecinos deben sobrevivir en un mundo post-apocalíptico.
Para intentar cambiar las cosas, o entender qué sucede con esta nueva especie que quiere destruirlos, algunos personajes viajarán a una boda en otro universo. Emmet irá tras ellos y lo ayudará un personaje muy particular, pero con un pasado oscuro.
Todo el filme tiene un meta mensaje que descubrimos tempranamente porque hay varias escenas “explicativas” de lo que realmente sucede, más allá del mundo Lego, con los niños dueños de estas figuras y construcciones.
Como no había sucedido en el primer largometraje, vemos demasiado del “detrás de escena”, y la historia termina teniendo demasiadas similitudes con “Toy story”, incluyendo la moreleja final. Al desdoblar la historia, forzando la justificación de muchas cosas que suceden en el mundo de las piezas plásticas, Mike Mitchell, Trisha Gum, sus directores, se olvidaron de lo más importante: hacerla divertida.
Ni siquiera la introducción de nuevos personajes, como La Liga de la Justicia (con los mismísimos Jason Momoa y Gal Gadot como voces de sus personajes), o la frescura de Batman gracias a la gran personificación de Arnett, salvan a esta comedia que hasta es sorprendentemente larga (110 minutos). Si bien algunos gags pueden ser simpáticos, cuando la lógica indicaba que era más simple mantener lo conseguido con la primera producción, decidieron hacer más complejo el guión -en lo que se supone una intención por evolucionar-, y muy lejano a sus pretensiones, se quedaron, como bien dijo Lucy, en la desolación.