Aún recuerdo el dolor de mis cachetes, como consecuencia de la risa, tras la proyección de The Lego Movie (2014).
Aquella película fue una verdadera fiesta. Una celebración del consumo cinéfilo nerd en todo su esplendor. Y fue muy bien recibida por todo el público
La vara estaba muy alta, y si bien esta secuela no llega al nivel de excelencia alcanzado, aún así es muy buena, sobre todo en su segunda mitad.
En la primera entrega conocimos a Emmet, cuyo optimismo se plasmaba en la genial canción Everything is awesome (Todo es increíble), y se convertía en un héroe casi de casualidad.
En esta oportunidad, ese mensaje se altera un poco desde lo discursivo, o sea, todo es puede ser increíble aún con sus fallas.
El mundo de los protagonistas se desmoronó literal y metafóricamente. (Genial el paralelismo con la vida real y la pelea de los hermanos y como se resuelve).
También nos presentan a los supuestos villanos, que no son tales, y le dan la oportunidad al espectador de discernir en ese sentido.
Donde la película pierde es en el poco apoyo en los personajes secundarios, algo que fue fundamental en la estrenada en 2014.
Si bien hay participación de Batman, es más acotada. Aunque también hay que mencionar que tuvo su propia película y que tendrá otra.
Pero del resto hay poco y nada. Solo algunas intervenciones. Y eso le resta.
Cuesta llegar a la resolución del conflicto desde lo argumental y se hace un poco larga.
El director en esta oportunidad es Mike Mitchell, quien viene de hacer Trolls (2016), y cuesta decir si hay algo de su impronta o si siguió todas las directrices de Phil Lord y Christopher Miller, quienes guionaron, pero que fueron los responsables de la primera entrega y el funcionamiento de este universo.
El elenco de voces es excelente. (La vi en idioma original). Hacen a los personajes aún más queribles.
En definitiva, La gran aventura de Lego 2 es una muy buena película para todas las edades, con la salvedad que en esta oportunidad los más chicos la pasarán mejor que los adultos