Se pasa el rato con esta nueva aventura de los muñequitos de juguete, que tiene sus buenos atractivos, más allá del viejo aserto sobre las segundas partes. El conjunto ofrece grandes despliegues, lucha contra invasores extraterrestres, y (ay) nuevas canciones, inclusive más de las necesarias. En cambio los chistes no son demasiado nuevos, pero no importa, acá todo es simpático y además el público se renueva. Otro punto a favor: el director es Mike Mitchell, veterano de “Shrek”, “Trolls” y mil batallas.
Para fanáticos y conocedores, un guiño básico: la gran pelea tiene lugar entre bloques tradicionales Lego para niños constructores contra bloques Duplo para bebés que arrasan con todo. Por supuesto, Emmet sigue siendo un buenudo optimista, Lucy es toda una mandona pateadora, se mantiene al tope la catarata de guiños, parodias, referencias y autorreferencias que caracterizan a los dibujitos Lego, y de paso se diseminan alegres “cuestiones de género”, muy de actualidad. Libretistas, los mismos de la primera película, que también la dirigieron, Phil Lord y Christopher Miller (ahora producen la segunda).