Acción y poco misterio
La Gran Muralla China, la mayor construcción jamás realizada por el hombre, alcanza los 21.000 kilómetros de extensión y tardó 500 años en construirse. La pregunta que se hace la superproducción dirigida por el chino Zhang Yimou, no suena extraña: ¿Qué trataban de mantener alejado sus constructores con una muralla tan imponente? ¿Sólo a los temibles vecinos mongoles?
De todos modos, lo que ofrece la historia protagonizado por Matt Damon es una mera película de monstruos, y el misterio de los bichos mitológicos que se lanzan sobre el maravilloso muro para atragantarse de chinos desaparece en los primeros minutos del filme.
Damon se pone en la piel de una mezcla de guerrero-delincuente que se convierte primero en testigo del misterio que rodea la construcción de la Gran Muralla y luego en uno de sus más fieles guardianes, a pesar de haber caído allí de pura casualidad junto a un amigo y tras los pasos de la “pólvora negra”. Mucha acción y fantasía, una fiesta de colores y de coordinados movimientos coreográficos.
El actor de la saga “Jason Bourne” comparte reparto con William Dafoe y Pedro Pascal (de la serie “Narcos”) así como con estrellas chinas como Andy Lau y Zhang Hanyu.
Es la primera producción de Legendary East, filial de Legendary Pictures instalada en Hong Kong con el objetivo de coproducir películas con otras compañías chinas y de este modo eludir las cuotas de pantalla para el cine extranjero vigentes en el país.
En síntesis, un debut al que le sobra acción y le falta misterio.