Muralla contra inesperados enemigos
Según este vertiginoso film fantástico, cuando los extranjeros son lagartos monstruosos (y no refugiados de la nacionalidad que fuere), bien valen los muros.
Zhang Yimou, el director chino que filmó obras maestras como "Sorgo rojo" y "Esposas y concubinas", fue tentado finalmente por Hollywood para rodar una superproducción épica en coproducción con China, un elenco internacional, Matt Damon a la cabeza y un arsenal de efectos digitales. El lugar común diría que se vendió al oro hollwoodense a costa de su talento, pero eso sería sólo un prejuicio ya que "La gran muralla" es una excelente película de aventuras fantásticas.
La idea básica es que, en realidad, la muralla china fue construida para contener los ataques de unos monstruosos lagartos que reaparecen para devorar seres humanos cada 60 años. Dos mercenarios europeos, Matt Damon y Pedro Pascal ("Games of Thrones") viajan a China para buscar la mítica pólvora desconocida en su continente y llegan en el momento adecuado para el ataque de ese ejército horrible, llevando con ellos una piedra magnética que usan como brújula, y que puede ser la clave para derrotar a los monstruos.
Con un presupuesto de alrededor de 150 millones de dólares que Zhang Yimou sabe aprovechar al máximo, las batallas fantásticas superan lo conocido, y no sólo en los efectos especiales. La dirección de arte ofrece detalles asombrosos en escenografía y vestuario, y la fotografía potencia las posibilidades visuales de cada escena, con momentos extraordinarios hacia el desenlace, cuando los personajes combaten a su enemigo en el interior de una torre iluminada por la luz que se filtra a través de vitrales. La acción no da pausa durante la poco más de hora y media de proyección, y tal vez lo menos convincente sea la interacción entre los actores occidentales y sus colegas chinos, sobre todo en todo lo que tiene que ver con el personaje traicionero de Willem Dafoe.
Pero más allá de éste y algún otro detalle, "La gran muralla" es un gran entretinimento épico a puro vértigo, y ningún fan del cine fantástico debería perdérsela.