La gran muralla es una extraña obra de Zhang Yimou, uno de los más grandes realizadores que brindó el cine chino en las últimas décadas.
Junto con Wong Kar-Wai (Con ánimo de amar), Yimou sobresalió en su carrera por su extraordinario sentido de la estética donde suele brindar espectáculos de una opulencia visual impactante.
Ya sea que se trate de una historia intimista (Coming Home) o una tremenda épica de artes marciales (Héroe, Las casa de las dagas voladoras), sus filmes suelen ser bellísimos y siempre llaman la atención por los detalles que ofrece la puesta en escena.
Creo que van a pasar muchos años hasta que otro artista pueda superar la labor de Yimou en las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos de Beijing, del 2008.
En el caso de La gran muralla lo más destacable de la película pasa por estos elementos que están asociados con la obra del director.
Como suele ser habitual toda la labor del diseño de producción, la fotografía y muy especialmente los vestuarios son alucinantes.
Se trata de un proyecto muy particular donde varias productoras chinas, en coproducción con algunas compañías hollywoodenses, desarrollaron esta propuesta de aventuras para conquistar el mercado internacional.
Dentro de ese contexto Yimou hizo su labor con mucho profesionalismo y hasta logró incluir en algunas escenas esa magia especial que tiene su arte.
La película es rara porque por un lado tiene la estética personal que el cineasta suele otorgarle a sus obras pero al mismo tiempo la narración es puramente hollywoodense.
Por consiguiente, La gran muralla carece de ese dramatismo tan particular que suele presentar el cine asiático en este género.
Lamentablemente los seis guionistas de esta propuesta, entre los que se incluyen directores respetables como Edward Zwick (El último samurái) y Tony Gilroy (Michael Clayton), no estuvieron a la altura de las circunstancias.
La trama que concibieron básicamente es Starship Troopers en el período de la dinastía Song.
La película comienza muy bien e incluye una emocionante secuencia de batalla (la mejor escena de esta producción) y luego se desinfla con un conflicto redundante que nunca desarrolla los personajes que presenta.
Después de la introducción de los monstruos en esa gran secuencia inicial, la película se vuelve repetitiva y genérica en materia de acción. En consecuencia, el interés que había generado en un comienzo se desvanece enseguida.
Hacia el final si los protagonistas mueren o sobreviven en la historia da lo mismo porque nunca se llega a establecer una conexión emocional con ellos. Algo que nunca había ocurrido con una película de este director.
Yimou en este caso abusó también de los efectos digitales (algo muy inusual en su filmografía) que son bastante irregulares. Hay escenas donde los monstruos se ven realistas y en otras ocasiones dan la impresión que ni siquiera pasaron por la post-producción.
Matt Damon, en una de las interpretaciones más desapasionadas de su carrera, parece bastante aburrido a lo largo del film y no tiene mucho para hacer más que disparar flechas. Lo mismo ocurre con grandes actores del cine asiático como Zhang Hanyu (Bodyguards and Assassins) y Andy Lau (Infernal Affairs) que están completamente desaprovechados.
No obstante, el peor caso de todos es el de Willem Dafoe, cuyo personaje directamente no tiene razón de ser en esta historia. Creo que lo sumaron más que nada para incluir un nombre conocido en el afiche.
La actriz Jing Tian (Police story 2013) y Pedro Pascal (Narcos) son los únicos miembros del reparto que le pusieron un poco más de onda a sus interpretaciones y logran destacarse sobre el resto.
Dentro de la filmografía de un director enorme como Yimou esta película probablemente quedará en el olvido, pero eso no quita que no sea una alternativa pochoclera con la que te podés entretener un rato.
Como propuesta de aventuras cumple su objetivo aunque se borre de tu memoria al día siguiente.
Si bien no llega a ser un completo desastre, para un proyecto que reunió a tantos artistas talentosos, La gran muralla resultó ser un film decepcionante.