La Gran Muralla: Jason Bourne salva China.
Matt Damon protagoniza esta nueva aventura en la que reina el espectáculo visual y el carisma de sus protagonistas logra vencer las múltiples fallas del guion.
William Garin (Matt Damon) es un soldado devenido en mercenario quien, junto con su compañero Pero Tovar (Pedro Pascal; Narcos) recorre el norte de China en busca de pólvora, mercancía muy valiosa cuya existencia aún es un mito en occidente. En pleno escape de un grupo de bandidos y tras haber matado a una criatura desconocida, William y Tovar se topan con una imponente muralla en el medio del desierto, repleta de soldados con estrafalarios uniformes de colores que llenarían de envidia a cada uno de los Power Rangers. Mientras los mercenarios están siendo aprehendidos, la muralla es atacada por un ejército de reptiles cuadrúpedos llamados Taoties, quienes según los nativos atacan cada 60 años el imperio como castigo de los dioses por el abuso de poder del emperador (cosa que la película no explica en ningún momento). Luego de ayudarlos a defenderse y formar una relación de confianza con la comandante del ejército Lin (Jing Tian) William tendrá que decidir si su destino es quedarse y luchar codo a codo con sus nuevos aliados o hacerse con su pólvora y huir con Tovar en búsqueda de riquezas.
El film es una superproducción casi tan grande como la misma muralla, una colaboración entre Estados Unidos y China, es la película más costosa rodada completamente en China con un presupuesto de 135 millones de dólares y para el prolífico director Zhang Yimou(Esposas y concubinas; Héroe), su primer film en habla inglesa. Tal vez la épica del proyecto puso la vara demasiado alta y creó un hype imposible de igualar, aun así, la película se mantiene entretenida prácticamente de principio a fin.
El elenco internacional está compuesto en su mayoría por actores chinos, pero excepto cuando algún comandante esta por decirle algo que le va a ser traducido a Matt Damon, los actores predominantes son Jing Tian, quien encarna a la audaz comandante Lin, una joven que definitivamente es uno de los puntos altos del film gracias a la química que logra con Matt Damon para reflejar el choque de culturas en la historia. Pedro Pascal hace un estupendo trabajo dándole el toque de humor (del cual hay más de lo que esperaba) especialmente en sus interacciones con Damon y con el olvidable William Dafoe, cuyo sir Ballard tiene suerte si llega a los 5 minutos en pantalla. Matt Damon también hace un buen trabajo como de costumbre, aunque por momentos al principio del film parece soltar su tonada de Boston que, acompañada con la barba que porta al momento, nos hace pensar que tal vez nos hayamos confundido de sala y estemos viendo a Mark Watney en The Martian (2015).
La fotografía a cargo de Stuart Dryburgh (The Secret Life of Walter Mitty) y Zhao Xiaoding (House of Flying Daggers) probablemente sea la mejor parte del film junto con el trabajo de vestuario y los efectos especiales que se lucen en las escenas de combate, exceptuando el diseño de los Taoties, quienes sufren de un diseño genérico para un antagonista bastante ordinario en este tipo de films.
La película pareciera tener un sentido de urgencia que no es necesario en este tipo de historias épicas, las acciones heroicas de William por momentos parecieran no tener explicación ya que no son ocasionadas por una relación amorosa con la general (en parte porque también por falta de desarrollo la relación nunca llega a ese punto) ni tampoco se condicen con sus intenciones anteriores, simplemente decide volverse un héroe. Tampoco tenemos demasiadas explicaciones sobre los Taoties, su inteligencia, ni su origen. La muralla, a pesar de estar en el título del film y tener una escala monumental durante los primeros actos de la historia, no es mencionada por los personajes prácticamente nunca y prácticamente todo el tercer acto transcurre fuera de ella. Por último, la historia casi no recae en subtramas innecesarias que le dan algo que hacer a los personajes secundarios, característica común en las películas catastróficas, pero cuando lo hace durante el escape de Tovar y Sir Ballard logra darnos el par de escenas más innecesarias de la película, que le quitan tensión al climax del film para mostrarnos como del otro lado del muro no pasa nada relevante para la historia.
En conclusión, La Gran Muralla sufre la falta de un antagonista interesante y el desarrollo de ciertos personajes, pero el entretenimiento de las escenas de combate, una gran fotografía, y un par de actores principales que destacan le dan un atractivo que por lo menos resulta novedoso.