En un valle nevado, Toco, un viejo montañés, viaja con su trineo tirado por perros. Durante la travesía se encuentra con un hombre tirado a la vera del camino. Preocupado, lo lleva a su casa. Se trata de Vicente, de aspecto citadino. Cuando recupera su conciencia, se deslumbra con los trineos y con la destreza de Toco con su íntima relación con esos animales casi lobos. Le pide que le enseñe a manejar trineos. Toco acepta, y en medio de la convivencia, aparece un hombre interesado en comprar su propiedad. Toco no quiere vender, el hombre insiste, la compra se convierte en una obsesión. Crece la tensión, y los hombres al igual que los lobos mostrarán toda su naturaleza salvaje.