Un tema que no tiene solución
Filmada en Puerto Iguazú, en la zona de la frontera con Brasil y Paraguay, el filme de Maximiliano González, cuenta la historia de una chica que es engañada por una mujer joven, que la convence para que sea empleada doméstica en la casa de una señora en la ciudad, cuando en verdad la intención es que trabaje en un prostíbulo ubicado en una ruta de Misiones.
Florencia (Nadia Ayelén Giménez) vive con su padre y sus hermanos en una alejada zona de Puerto Iguazú. En ese lugar, a pesar de la pobreza y que la comida no alcanza para todos, es feliz. Pero la necesidad de querer ayudar a su padre, hace que confíe en el ofrecimiento de una simpáticar rubia, que le regala un collar y le promete un buen sueldo para que pueda ayudar a los suyos.
MENORES DE EDAD
Poco después Florencia se da cuenta que la realidad es totalmente distinta a lo que le prometieron. Es golpeada y llevada en un auto hasta un prostíbulo junto con otras chicas, menores como ella.
Lo que se muestra a continuación es lo de siempre, en este tipo de filmes: el sometimiento y el maltrato que recibe las "pupilas", hasta que un día un accidente que sucede en la puerta del prostíbulo, le permite a Flor, poco tiempo después conocer a Marilú (Marilú Marini), la que se convertirá meses más tarde en un posible pasaporte de libertad para ella.
El filme de Maximiliano González maniobra una intensa tensión dramática, ilustra muy bien los escenarios, pero resulta demasiado débil en su guión, aunque se destacan las actuaciones de Nadia Ayelén Giménez (Florencia) y Marilú (Marilú Marini).