Con el fracking cierra trilogía de Solanas
Esta obra cierra la trilogía de Pino Solanas iniciada con "Tierra sublevada: oro impuro" y "Tierra sublevada: oro negro", sobre la explotación incontrolada de nuestra riqueza minera. Y la cierra preguntándose "hasta dónde llegará la fiebre del oro público", en alusión a lo que denuncia como subsidios encubiertos, contratos cuya letra chica no fueron dados a conocimiento público, envío excesivo de ganancias al exterior, explotación abusiva, contaminación evidente, falta de seguros ambientales, irresponsabilidad e incumplimiento de los deberes de varios funcionarios nacionales y provinciales con nombre y apellido, etcétera. Él no tiene pelos en la lengua. Y la película es de veras independiente, sin logo ni apoyo del Incaa.
Como en ésos y otros de sus trabajos, Solanas desarrolla una exposición en primera persona de controlado enojo, visitas a puntos perdidos del país donde gente valiosa trabaja y/o sobrevive, abundante material de archivo que más de un político quisiera borrar, una estructura en capítulos bien específicos, alertas puntuales y consultas a conocedores de larga experiencia. En este caso, los ingenieros en petróleo Félix Herrero y Víctor Bravo, el premio Nobel Pérez Esquivel, que plantea un problema de inseguridad jurídica, monseñor Virginio Bressanelli, obispo neuquino muy claro al hablar de conciencia ambiental y principios precautorios, miembros del Instituto de Propuestas de Proyecto Sur que comparan gastos y supuesta rentabilidad del fracking frente a los recursos renovables de energía solar termoeléctrica y aerogeneración, la investigadora Maristella Svampa, hija de fruticultores del Alto Valle, varios de estos fruticultores, con graves advertencias sobre la degradación del agua (la pera Williams local es la mejor del mundo pero su futuro está en riesgo inmediato, y la manzana ya tiene problemas para exportarse), y una comunidad mapuche que ya sufre contaminación de napas y amenazas de desalojo tras rechazar una propuesta de arrendamiento de ¡13.000 pesos en total!
Según se explica, el fracking es una técnica de explotación consistente en inyectar, a 4.000 metros de profundidad, una gran carga de agua, arena, y compuestos químicos no declarados que hace emerger gas y petróleo pero al mismo tiempo desestabiliza el suelo y contamina el agua. Las imágenes del pantano de Assumption, en Bayou Corne, Lousiana, donde literalmente un sumidero se va tragando el bosque, y la del presidente Correa mostrando la mugre que quedó en la cuenca amazónica ecuatoriana, son harto elocuentes. A señalar, los rechazos preventivos de Zapala, Loncopué, Cinco Saltos y otros municipios, incluso de Entre Ríos, contra este sistema de extracción abusiva, ya prohibido en Francia, Holanda, Irlanda del Norte y hasta Bulgaria, y detenido en otros once países europeos, no precisamente "agoreros del subdesarrollo", como suele descalificarse a los ambientalistas.