A menudo el cine coreano de género encuentra sus mejores exponentes cuando los realizadores crean propuestas con identidad propia que se alejan de las fórmulas hollywoodenses.
Dentro de la temática de terror A Tale of Two Sisters y Hansel y Gretel son dos claros ejemplos que retratan el contenido de calidad que puede brindar la industria de ese país cuando los directores están inspirados.
La habitación del horror representa el caso opuesto de esta cuestión y por eso resulta tan decepcionante. Filmada bajo la premisa "robemos a James Wan que está lejos y no se entera", el director Kim Kwang-bin ofrece un burdo refrito de La noche del demonio (Insidious) sin demasiadas variaciones.
La trama es prácticamente la misma con la diferencia que este relato además busca revivir el cine asiático de fines de los años ´90, con los típicos fantasmitas vengativos que aparecieron en Ringu, The Grudge y el resto de sus clones.
La dirección de Kwang-bin no toma ningún riesgo y se limita a copia la misma fórmula narrativa que vimos en centenares de filmes similares. Cada tanto surge algún jump scare que tiene la función de atenuar el tedio, pero en general el espectáculo que se ofrece es terriblemente genérico y predecible.
El reparto cuenta con dos figuras conocidas del cine coreano como Ha Jug-woo, el recordado psicópata de The Chaser, y Kim Nam-gil (Memories of murder), quienes reman con profesionalismo un argumento que tampoco les ofrece material para destacarse.
Sus interpretaciones no son suficientes para levantar un film que se queda muy corto en materia de contenido de terror y refrita un argumento trillado que cuenta con numerosos antecedentes.