Realismo demoledor.
Room es una película muy difícil de recomendar, porque es lo opuesto al cine convencional. No entretiene, ni intriga ni sorprende... Duele. Es una película hecha deliberadamente para que el espectador se sienta mal, y lo logra con creces.
El mayor mérito de Room es el realismo con el que está realizada. La cinta se aleja del estereotipo dramático americano, evitando toda receta hollywoodense. No está concebida ni desde lo comercial ni desde lo artístico, sino desde la conciencia de sus realizadores. Hay un mensaje contundente en el filme, un llamado de atención fulminante para todos aquellos dispuestos a sufrir dos horas: es una ficción inspirada en una atrocidad humana que puede ocurrir a la vuelta de nuestros hogares.
Room narra una historia demoledora y no busca audiencia, sino generar consciencia colectiva. Es, junto a Requiem for a Dream, la película que más me costó terminar de ver en mi vida. Sí, es muy buena, pero también es muy dura. No es para todo el mundo.