Es un género bastante habitual el documental argentino que trata sobre otras disciplinas artísticas. A veces con resultados interesantes, pero en general provocando un desinterés tanto por el artista elegido como por la película que lo tiene como objeto. La herida y el cuchillo sigue el proceso creativo del dramaturgo Emilio García Wehbi durante cinco años. Sin ánimo de arruinar el misterio, hay que decir que lo sigue pero no llega a ningún lado. La película busca ser disruptiva y evitar la lógica de la narración clásica, como el propio autor, pero eso se sostiene un rato y luego se vuelve simplemente anodina. Luego de un comienzo interesante va perdiendo fuerza, al mismo tiempo que describe, mal, un proceso creativo que no parece relevante. Si luego de cinco años lo único que se pudo realizar es este documental, entonces o el exceso de material le jugó en contra o bien no había nada para contar. En el mundo del teatro este documental tal vez tenga algún valor, en el del cine, definitivamente no.