La hermana de Mozart

Crítica de Jorge Luis Fernández - Revista Veintitrés

A la sombra del genio

La vida de Mozart en el cine es incómoda. En Amadeus debió lidiar con los celos de Salieri y en esta producción realizada en Francia, en locaciones donde transcurrió la historia, los celos provienen nada menos que de su hermana Maria Anna, apodada Nannerl. La mirada es menos complaciente hacia el niño prodigio de Salzburgo (la película se concentra en su infancia) y quizá por esa crudeza, la película sale airosa. Aquí los Mozart, Wolfgang, Nannerl y sus padres, se presentan como una familia de saltimbanquis que va de reino en reino, con papá Leopold al comando como un vil manipulador, tratando de vender a sus hijos como geniales marionetas para la corte. Hay algo gracioso en las presentaciones de Leopold, en cómo resta años a Wolfgang y su hermana mayor para generar más impacto, pero desde la mitad del film se afirma la percepción de que el padre es sólo víctima del patriarcalismo de época. Diestra intérprete y compositora, Nannerl debe abandonar el violín por ser considerado un instrumento para hombres y sufre porque su padre, ciego con su hermano, no reconoce ni sus escritos ni su temprana colaboración con el pequeño genio. Eventualmente, Nannerl tendrá el reconocimiento del hijo mayor de Luis XV, pero así y todo no le será fácil. Faltaban 200 años para el feminismo.