El Gymnasium es un colegio secundario dependiente de la Universidad Nacional de Tucumán y muy reconocido en el ámbito de esa provincia. Hasta hace poco con un alumnado exclusivamente de varones, la institución generaba durante un campamento anual una suerte de bautismo para los ingresantes (niños de diez años) por parte de los estudiantes más experimentados. El director tucumano Martin Falci (egresado del Gymnasium) filmó el último campamento enteramente masculino con más de 500 chicos conviviendo durante una semana en carpas militares instaladas en la montaña. Los rituales de iniciación a la adultez (lucha en el barro, golpes con palos de gomaespuma o cantos homofóbicos) remiten por momentos a ciertas prácticas del servicio militar de antaño, aunque la contracara tiene que ver con la transmisión de valores, los fogones, las guitarreadas y los abrazos de despedida. Falci propone un documental de observación sin testimonios a cámara ni voz en off y -salvo un mínimo uso de la música y una pocas imágenes aéreas- esa austeridad permite acercarse con la mayor pureza posible a los códigos de lealtad y las dinámicas masculinas, que muchas veces tienen una violencia naturalizada en el trasfondo. En ese sentido, la elección de los más pequeños como dueños del punto de vista resulta todo un hallazgo, así como la inclusión de un homenaje que los propios alumnos hacen por la muerte de uno de sus compañeros, Matías Albornoz Piccinetti, de 17 años, durante una pelea ocurrida en 2017. Un momento de fuerte y genuina emoción.