Una familia argentina, como tantas otras que en este país tuvieron un pasado económico de esplendor, donde los padres tenían oportunidad de progresar y los hijos vivir cómodamente, pero que, luego de tantos vaivenes económicos y políticos, las estructuras se resquebrajaron hasta provocar conflictos internos como los que tienen los Amado, que el director Luis Sampieri toma como ejemplo para retratar la degradación y la insensibilidad humana.
Rodada íntegramente en la provincia de Tucumán, los Amado se reúnen en una casona de su propiedad, ubicada en las afueras de la ciudad, para pasar un fin de semana juntos.
El apacible asado del mediodía se altera con el inesperado parto de Dominga (María Laura Carhuavilca), porque nadie sabía que estaba embarazada al ocultar muy bien su panza fajándosela. Ella es la empleada que cuida de Arcadio (Harry Havilio), el padre de la familia, y además ayuda a todos cuando se encuentran en la casa. Sólo la necesitan porque limpia, pero realmente, la discriminan, la desprecian por ser aborigen, y la indiferencia es su mayor arma cuando están con ella. Solamente cuenta con el apoyo de Don Arcadio.
Por otro lado, la necesidad de uno de los tres hermanos de mantener el status de vida de su familia presiona, insiste y trata de convencer a su hermano, a la hermana, y a su longevo padre, de que lo más conveniente es vender una finca que tienen ellos.
El relato del film es muy lento, el realizador se regodea con tomas que duran más tiempo de lo aconsejable y la tranquilidad provinciana se transmite a la pantalla.
Jorge (Santiago Paz Posse) es el hermano que pretende ser el dominador de la situación familiar para lograr su cometido, y es el único que eventualmente se exalta quebrando la quietud general y provocando una gran incomodidad y tensión entre todos.
La apatía, el tedio, y los intereses personales predominan en todo momento.
Los diálogos son escasos, sin mucho parlamento, y las acciones que transcurren en cada escena, carecen de ritmo.
El director toma la decisión de detallar y darle su importancia a ambos conflictos alternadamente, y este hecho genera que, al no focalizarse en un problema definido, la historia pierde fuerza y confunde ¿Qué es lo más importante, el sufrimiento que transita Dominga por haber tenido a una hija siendo soltera y pobre, o las luchas de poderes entre los hermanos para saciar sus propósitos por sobre los demás?
Todas las situaciones exhibidas en esta película plantean un dilema moral, tan decadente como el tobogán por donde se desliza esta abúlica familia tucumana.