Con una narración bastante monocorde y pretenciosa, y una estética del cine argentino de los 60, acentuada por la fotografía en blanco y negro, "La hora de la siesta", que ganó como mejor filme latinoamericano en la última edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, se las arregla para contar con imaginación y pulso sensible las vivencias de una chica llamada Franca y su hermanito Guido durante las horas que procedieron a la muerte de su padre. Los chicos salen a pasear por el barrio, la plaza, la iglesia y por una casa vecina donde vivirán momentos realmente extraños. Mientras tanto, transcurre el velorio en una casa invadida de familiares. Está escrito, dirigir chicos no es nada fácil, y a la debutante Sofía Mora esta cuestión le quedó pendiente. También no aprobó en algunas cuestiones del guión que hacen que algunas situaciones se vuelvan grotescas.